Clásicos del CINE: 'La Cosa (El Enigma de Otro Mundo)'

La película que cambió la forma de designar a nuestras suegras


En un lugar de la Antártida, concretamente, en el culo del mundo, un equipo de investigadores estadounidenses de una estación experimental escucha sonidos de disparos y explosiones. Al acercarse al lugar y constatar que no se trata de la Asociación del Rifle celebrando una fiesta, descubren que unos noruegos persiguen a un perrito para cargárselo. Entre ambos grupos se produce un enfrentamiento que desemboca en la muerte de los pobres diablos nórdicos. Los científicos se llevan al chucho a la estación y lo encierran con el resto de los canes. En esto que los norteamericanos deciden tratar de comunicarse por radio con la estación noruega, ya que el whatsapp aún no existe, pero como no lo consiguen, el piloto MacReady (Kurt Russell) y el Doctor Copper (Richard Dysart) optan por acercarse a la base, donde descubren un gran bloque de hielo y una criatura aparentemente muerta medio humana con dos caras (que no ha salido de Batman, precisamente). Total, que se llevan el cuerpo a su campamento puesto que, aparte de quedar muy cool como decoración "pal salón", ya de paso pueden hacerle una autopsia, a ver qué sale. Ya allí y tras numerosos estudios, encuestas de opinión, unos cuantos sobresaltos, compañeros que se transforman en extraños híbridos sin pasar por el cirujano de Donatella Versace y demás fenómenos infartantes, llegan a la conclusión de que "esa cosa" es capaz de tomar la forma humana de cualquiera de ellos. Lógicamente empiezan a sospechar los unos de los otros, sobretodo del más feo.... y del negro, claro, que nunca se libra el pobrecico.


Y tras esta exposición tan imbécil del argumento -mi madre hizo todo lo que pudo conmigo, pero me he quedado así-, me pongo un poco seria, pero sólo un poco, para decir que estamos ante una de las mejores obras del realizador neoyorkino. No obstante, adoro casi todo lo que ha hecho John Carpenter entre los 70 y los 80. Soy muy FAN, qué voy a hacerle.

Aunque, vayamos a la pieza que nos ocupa, que me enrollo con gilipolleces y os aburro más que un tertuliano de la COPE. Basada en la novela corta de John W. Campbell Jr. (Who Goes There?) y que también funciona como remake de la adaptación cinematográfica del 51 (en cuya dirección participaron Christian Nyby y el gran Howard Hawks), La Cosa es una genial cinta -hoy ya de cultazo- rodada en 1982 a caballo entre el terror y la ciencia ficción a la que, además de unos efectos especiales confeccionados con más mimo que la chocolatina del prota de Arrow, acompañan una acción frenética que te deja con el culo torcidísimo y una intensidad dramática brutal.

Rob Bottin pillándose el pedo con el amigo feo de su cuadrilla
En esa línea de aciertos, Carpenter y el guionista Bill Lancaster (que ya no está entre nosotros, oremos por su pluma) tiñen la trama de un ambiente paranoico tan tenso como un 69 con Hannibal Lecter, cuyo complemento perfecto es el acojonante maquillaje cortesía de Robb Bottin, un genio pionero en el uso de los "animatronics" (una figuras hechas con resina y silicona que se mueven y dan más mal rollo que Javier Bardem con flequillo). El chico -22 añitos por aquel entonces- ya había trabajado con con Joe Dante en ese clasicazo que es Aullidos y también con EL MAESTRO en esa otra joyita titulada La Niebla, anterior al film que nos ocupa, que es considerado, por cierto, el primer largometraje de serie A del amigo Johnny, un proyecto que casi cae en manos de Tobe Hopper (La Matanza de Texas, Poltergeist) por la desconfianza del estudio en el responsable de La Noche de Halloween (¡mamones engreídos!).


Sabed también que Carpenter llegó a este proyecto tras rechazar una historia que versaba sobre "un extraterrestre bueno". Ya os podéis imaginar quién era ese alienígena. Hay que joderse, lo sabia que es la vida y lo bien que pone todo en su orden.

El azar, el destino o alguna divinidad, me da igual en lo que creáis, también quiso que fuera el enorme Ennio Morricone, en lugar de Jerry Goldsmith (Gremlins), el que compusiera una BSO que te pone la piel como el vello de las partes nobles de Espinete. 

Y entre tanto grande no podía faltar la mención al PUTO AMO KURT RUSSELL, el tipo que mea gasolina, el hombre que se tira un pedo y le sale del trasero una 9mm, el tío que erizaría las rastas a un Predator. ÉL, el maldito veterano Snake Plissken que se convirtió en el héroe de Nueva York ("Bienvenidos a la raza humana"); el jodido Jack Burton que la lía parda en Chinatown ("Jack Burton dice... ¿Pero qué pasa?"); el Cash de aquella cinta casposa ochentera que negamos como capullos, pero que en el fondo nos mola (guilty pleasure, y lo sabes); el temerario Wyatt Earp en aquel lugar llamado Tombstone, el coronel Jack O'Neil que capitanea a su equipo de militares en una travesía estelar o el cabrón psicópata Stuntman Mike (Especialista Mike) a bordo de su Chevrolet. Sólo un DIOS como él podría enfrentarse a este ser sobrenatural cuasi-perfecto que va metamorfoseándose más que Tilda Swinton de peli a peli. Eso sí, no creáis que no se ofreció el papel a otros actores. Nada más y nada menos que a Nick Nolte y a Jeff Bridges, que lo rechazaron y casi que mejor, "hoygan".

Kurt Russell se descojona porque sabe que es invencible
Por otra parte, La Cosa aportó mucho más que un buen título al género, enriqueció el castellano, ya que proporcionó un palabro más para designar a nuestras suegras recién levantadas de la cama, como ya hicieron anteriomente Alien, la niña de El Exorcista o los Hermanos Calatrava.

Luego se marcaron un remake o una precuela o lo que fuera en el 2011, pero a nadie le importa demasiado, porque fue un truño con el que los adolescentes pudieron meter mano a sus chicas cuando las llevaban al cine y punto.

El tío de la izquierda con bigote pensativo es DIOS
Ah, y también salió hace un par de años una película austriaca sospechosamente parecida -también llamada "copia mala"- a La Cosa que rondó por Festivales de Terror y sólo sirve para partiros el ojete un ratazo en compañía de colegas y unas birras. Su título es The Station y no había visto nada más ridículo desde los leggins de color carne.

Y eso, que CARPENTER MOLA MAZO, y es que peliculones como estos hoy en día ya no se hacen. Qué puta pena, joder.

Noticias relacionadas



blog comments powered by Disqus

0 COMENTARIOS:

Publicar un comentario

Deja tu comentario, que somos pocos y cobardes...

 
Ir Arriba