Cuando no puedas hacer reir, acojona
Nota: 8
Lo mejor: el prólogo, encabezado por un payaso con un machete. Se sale.
Lo peor: Fran Perea, más perdido que un piojo en la cabeza de Amy Winehouse.
Álex ha vuelto. Más que una balada, de la Iglesia se ha batido un réquiem con su última película. Un director que se había perdido por un mundo que no era el suyo en Los crímenes de Oxford y que, habiendo aprendido la lección, regresa a su verdadero yo para deleitarnos con una obra maestra que recupera su sello, tragicomedia perversa, 'ascopena' en mayúsulas.
El argumento gira entorno a dos payasos que se disputan el amor de una tropecista durante los últimos años del franquismo. De nuevo, Álex retrata las penurias de la profesión del espectáculo, como ya hizo en Muertos de risa. De hecho, repite su misma fórmula, pero supliendo con creces las carencias de su predecesora. Mejorada y a lo grande, con un par de desgraciados símbolo de las pasiones más bajas de la sociedad y cuya mente enfermiza les lleva a enloquecer y convertirse en unos asesinos descerebrados que compiten entre sí por una obsesión. Payaso triste y payaso tonto, una lírica maestra entre drama y comedia.
Rodada con un gusto especial, el cuidado por la técnica se percibe desde el principio, capitaneado por un prólogo acojonante en el que las escenas caóticas se fusionan en un coctel entre los raccords desenfrenados y la cámara lenta. Una lucha entre rojos y franquistas en la que Santiago Segura vestido de payaso -y dando más miedo que el circense Ángel Cristo- va atravesando al enemigo con un machete. Paródico y siniestro a partes iguales. Unos planos en los que el fluir de la sangre, la muerte y la violencia se conforman como una bella opereta.
El guión, escrito por el propio de la Iglesia, resulta una sublime muestra de talento donde el ingenio y la elegancia cómica se fusionan, formando una perfecta tragicomedia de momentos y diálogos hilarantes, pero también filosóficos y reflexivos, llegando incluso a una emotividad absurda cuando Raphael canta 'Balada triste de trompeta'.
Carlos Areces (el tio gracioso y bajito de Muchachada Nui) está insuperable en su interpretación de payaso triste. Un individuo gordinflón y sensible traumatizado por un pasado en el que nunca fue niño. Atormentado por las palabras de su padre (Santiago Segura), quien le augura que jamás hará gracia, sufre una inquietante transformación de persona a monstruo. Sólo era necesario el detonante para desatar sus fantasmas infantiles, una mujer. Son increíbles las escenas de su momento crítico mental, en el que ya pierde toda su integridad y se lanza con dos ametralladoras a destrozar todo lo que encuentra a su paso. Un orgasmo visual mordaz y siniestro.
Por su parte, Antonio de la Torre (AzulOscuroCasiNegro), el payaso tonto, realiza igualmente un trabajo excelente. Un líder de un grupo circense que hace gala de una violencia y mala leche extremas con las que domina y subyuga al resto. Un tipo que se nos presenta odioso al principio y que termina dando hasta lástima. Carolina Bang (Plutón BRB Nero) está correcta en su interpretación de la chica tropecista convertida en deseo de ambos hombres. La mente de su personaje también sufre un pequeño desequilibrio, una personalidad que se debate entre lo 'sado', lo vicioso y la dulzura. Y sobre la que, ni siquiera al final, tendremos una idea clara de lo que verdaderamente quería, payaso triste o tonto.
Resulta anecdótico pensar que uno no puede concebir su existencia sin el otro. El clown dramático, sin el clown cómico, la pena sin la gracia. Una paradoja que de la Iglesia cree omnipresente en la vida del individuo, un híbrido que caracteriza todo su trabajo y se perpetúa como la definición del director de lo que somos, de lo que él mismo es. Por no olvidar que, una vez más, sitúa al espectador en esa complicada posición moral y necesidad de decidir quién es el bueno y el malo del cuento.
Quizás, la película decae un poco en los minutos previos al desenlace que, con toques que recuerdan a El día de la bestia y, me atrevería a decir que incluso a la hitchcokiana Vértigo, se prolonga demasiado en el tiempo. Eso sí, el final compensa ese letargo, conformando un relato que se torna dramático y doloroso, dominado por el rojo sangre y muerte y el llanto, desembocando en una última reflexión: Al final, todos somos payasos tristes.
Tras haber sido aplaudida y reconocida a nivel internacional en Venecia, donde recordemos, se hizo con los Premios a Mejor Dirección y Mejor Guión, su pelicula más bizarra se ha estrenado por fin en España. Para aquéllos que adoramos al Álex de la Iglesia original, al de la 'ascopena' y la tragicomedia, es, posiblemente, la mejor obra de su carrera cinematográfica. Jamás me había reido con un payaso hasta ahora, pero tampoco había llorado.
13 COMENTARIOS:
Que subidón. Tenía un miedo a que fuera un festival de excesos sin control que te cagas. A ver cuando saco un rato.
Y perdón a todos por el retraso en la crítica de Tron. Lo antes posible la tendréis.
Bueno Pablo, como tú dices, Álex crea diversificación de opiniones, ya me dirás qué te ha parecido. A ver si va a resultar una contracrítica ;)
¿Fue premiada en Cannes? Creo que tu informador te ha tradado como si fueras una Karmele Marchante cualquiera, los dos premios que le dieron (Leon de Plata al Mejor Director y Leon de Plata al Mejor Guion) fueron en el Festival de VENECIA!!!!
Bien, veo que leemos atentos jeje, se me ha escapado, sorry
¡y gracias por el aviso!
Une película divertidísima a la par que triste y muy desfasada, al más puro estilo de Álex. Como dices, el ritmo se pierde en algunos tramos, especialmente al llegar al final, y queda la sensación (que también he leído en alguna crítica) que la película consiste en una serie de momentos grandiosos, pero que no llegan a encajar del todo entre ellos, sensación a la que ayudan algunos cortes de escena algo bruscos, no sé si sabes a lo que me refiero.
En cualquier caso, muy recomendable si se tiene claro lo que se va a ver, no como algunos que tocaron en mi sala...
Sí, hay un momento al final, donde se ve la seda roja que hay un corte un poco repentino que queda un poco raruno...Y alguno más también hay por ahí.
Por cierto, se me olvido antes comentar que me pareció un gran acierto la ambientación de la película y el hecho de incluir ciertas situaciones historias en la trama, que por momentos me hizo recordar a Malditos Bastardos en ese sentido.
Sí, el momento de Carrero Blanco es mortal, en todos los sentidos. Buenísimo.
Me ha parecido muy, pero que muy fallida. Y sobretodo en el guión. Se nota que no está a su lado Jorge Guerricaecheverría. Creo que Álex de la Iglesia ya hizo hace tiempo está película, y con mejor resultado. Se llama "Muertos de risa".
francamente, se nota que en el mundo existen gustops y percepciones diferentes
la vi ayer y me pareció sencillamente impresentable : guion, actores , etc., y no hablemos de la violencia gratuita y exagerada...enfin una verdadera birria
saludos javier
hay comics mucho mejores que este film que parece querer imitar a muchos de ellos
lástima
Por fin tuve la oportunidad de verla....y no voy a hacer una contracrítica basicamente porque no tengo ni idea de que me pareció. Esta genialmente hecha, pero es super gratuita en mil cosas. Además, Areces tampoco me parece que se salga tanto como Antonio de la Torre.
Y todo el rollo franquista...pues como que me sobraba un poco la verdad. Demasiada política para una historia de venganza.
Eso si, que música, que maquillajes y que escenas de acción señores.
Nuestro Inglorious Basterds!
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