Un pastel gravitatorio
Nota: 4
Lo mejor: la premisa es original.
Lo peor: duele ver cómo se desaprovecha tan torpemente.
La ciencia
ficción es un género denostado que, con más frecuencia de la que a sus fans nos
gustaría, se utiliza como marco para contar historias que poco o nada tienen
nada que ver con ese tipo de cine. En este sentido, Upside Down no es una
excepción. Tras poner al espectador al corriente de las leyes básicas de gravedad
bajo las que se rigen dos planetas ficticios, su narrador nos avisa en la
introducción (“But my story is about
love…”). Juan Diego Solanas idea
un universo en el que cohabitan dos planetas tierra gemelos que giran alrededor
del mismo sol, cada uno con su propio sistema de gravedad, opuesta al del otro
astro. Adam (Jim Sturgess) vive en
el mundo de abajo (Under World), empobrecido debido a un desastre petrolífero
años atrás; mientras que Eden (Kirsten
Dunst) vive en el de arriba (Upper World), que goza de una mucho mejor
situación en todos los sentidos. Ambos planetas están conectados por una gran
multinacional (TransWorld) que se encarga de incautar el petróleo a los del mundo
de abajo. Como podréis imaginar, es ilegal que los ciudadanos de un planeta se
mezclen con los del otro, por lo que Adam y Eden tendrán que luchar por su amor.
Upside Down
presenta una situación distópica edulcorada cuya profundidad argumental no va
más allá de la estructura maniquea de personajes buenos y malos que habitan mundos
ricos y pobres. Por este motivo no resultan extrañas las inconsistencias
argumentales que encontramos según avanza el metraje. No hace falta mucha
materia gris para percatarse de que la base científica tiene más agujeros que
un queso Gruyere. La situación inicial planteada en el prólogo pretende introducir
una ineficaz y poco sutil metáfora de lo que hacen los países del Primer Mundo
con los del Tercer Mundo. Una vez aceptado el hecho de que se le vaya a conceder
más relevancia a la premisa romántica que a la científica, resulta que tampoco
puede afirmarse que el filme de Juan Diego Solanas sea notable en el terreno sensiblero.
Entre la pareja protagonista no fluye la química. No se puede hablar de malas interpretaciones, sino del trazo plano
de los personajes, que contribuye así a esbozar una historia de amor blanda e
inverosímil. Pues el filme no hace sino aferrarse una vez más
al esquema tradicional de Romeo y Julieta de dos jóvenes pertenecientes a
estratos sociales distintos, planteando la imposibilidad de conciliar eso.
Algo que no
se le puede negar a Upside Down es su fuerza visual. La fotografía resulta
impactante. Sin embargo, para una servidora, tampoco resulta rescatable. Una
saturación excesiva de la paleta cromática y un abuso del formato digital hasta
el punto de que realmente molesta (¿este hombre lo ha rodado todo en paredes
verdes?) se apoderan de la pantalla en todo momento. Así, desde un principio se
percibe la preocupación del director por el aspecto visual del filme, quien
parece haberse permitido el lujo de descuidar cualquier otro aspecto del mismo.
La historia arrastra un aura de fábula que no le hace ningún favor. Un poco de
realismo sucio – al menos en el mundo de abajo - y más cuidado en los detalles
habría sido vital. Conforme se acerca el desenlace, Solanas se saca de la
chistera un recurso deus ex machina, cargándose de un plumazo toda la lógica interna
del filme y haciéndonos testigos de un final atropellado como pocos.
Upside Down
es el segundo largometraje del argentino Juan
Diego Solanas, quien comenzó con un corto (El hombre sin cabeza), en
el que ya se aprecian paralelismos de estilo con éste que analizamos, y siguió
con un largometraje (Nordeste), que poco tiene que ver. El
principal pecado de un filme como Upside Down es que parte de una idea
bastante original y la desaprovecha completamente. La ciencia ficción blanda y
mal estructurada que propone Solanas es sólo una excusa para centrarse en la
historia de amor. A costa de malgastar todos sus esfuerzos en una estética
excesiva e ineficaz, el cineasta sacrifica inconscientemente lo que podría haber
sido una gran película. Principalmente debido a problemas de financiación (él
mismo reconoce que necesitaba al menos el doble de presupuesto con el que
contó), tarda siete años en sacar adelante y rodar esta película, con tan mala
suerte que coincide su año de estreno con el de un cortometraje (Head over heels de Timothy Reckart)
con una premisa ‘gravitatoria’ tan similar que surge el fantasma del plagio. En
fin, una pena para Solanas, pues realmente se aprecia potencial en esta
película. ¿Quizás la próxima vez?
4 COMENTARIOS:
No sé por qué pero se me hace raro lo de Kirsten Dunst en esta película, que por lo que comentas sinsorga-sinsorga.
A mí me has quitado de un plumazo las ganas de verla. Tampoco esperaba una gran película pero sí un mínimo equilibrio entre la propuesta visual y todo lo demás. Nah, hoy me voy a ver la de Darín .
Leí en una entrevista que ella prácticamente aceptó el papel sólo porque quería trabajar con Solanas, que no se había leído el guión muy a fondo.
Peli malísima!
La vi hace un mes o asi, y lo mismo, no esperaba una joya pero la peli tenia su premisa chula. Un romeo y julieta con toques scyfy, pero nada mas lejos de la realidad. La peli tira desde el primer min por dejar a un lado la ciencia ficcion para solo ser una peli romantica sin el menor romanticismo. Un sinsentido de cabo a rabo, un guion espantoso, unos personajes planos de cojones, y si la foto tiene momentos cojonudos pero al de un rato da dolor de cabeza!! un puaj!
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