Lobos de Arga triunfa "por los pelos" en San Sebastián

Attack the Block se queda a la puertas


El público donostiarra se ha rendido al cine fantástico hecho en casa. La película española Lobos de Arga ha sido la ganadora en la XXII Semana de Cine Fantástico y de Terror, agenciándose el Premio al Mejor Largometraje en una reñida votación en la que la genial Attack the Block le ha ido chupando el trasero durante toda la carrera. Finalmente y a pesar de muchos, la cinta inglesa se ha ido de vacío por no contar con un Gorka Otxoa con el que ganarse el cariño de los espectadores, un plus que le ha servido a la de Juan Martínez Moreno para imponerse sobre la inglesa, sentando un precedente al alzarse como el primer título nacional en lograr el galardón.

Continúa con el resto del palmarés, tras el salto.


En la modalidad del cortometraje, Jurado y Público han coincidido en otorgarle el trofeo a la ingeniosa The Centrifuge Brain Project, del alemán Till Nowak, una producción curiosona y simpática rodada a modo de documental en el que un científico loco nos relata los experimentos realizados durante las tres últimas décadas para estudiar el efecto de las atracciones de feria en el cerebro humano.

El Méliès de Plata al Mejor Cortometraje Fantástico Europeo ha sido para la polaca Paths of Hate (Damian Nenow), un film animado con una estética desgarradora que analiza los sentimientos más oscuros y profundos del ser humano a través de la batalla entre dos pilotos aéreos. Babead un poquito con este trailer.


Por su parte, A Lost and Found Box of Human Sensation, de los alemanes Martin Wallner y Stefan Leuchtenberg, ha obtenido el Premio del Jurado Joven al Mejor Cortometraje, otra producción animada bastante agónica y muy emo sobre un muchacho que pierde a su padre e inicia una reflexión sobre la vida y la muerte. Las voces de los personajes pertenecen a Joseph Fiennes e Ian McKellen. Una realización muy a lo Tim Burton -cuánto daño ha hecho este tío- que ha obtenido multitud de reconocimientos en diferentes  festivales, aunque aviso a navegantes que puede conducir al suicidio.

Por último, el Premio del Público al Mejor Cortometraje Español ha sido para Leyenda, de Pau Teixidor. Una historia un poquitín bruta -por eso mola- que gira en torno a una leyenda que cuenta que los lobos eligen a una niña para que les proteja de los seres humanos. Claudia, de 10 años, viaja en el coche de sus padres para pasar el fin de semana en el campo. Al parar en una gasolinera, una misteriosa mujer solicita ayuda a la familia para arrancar su furgoneta, y hasta ahí puedo leer.


Es grato encontrar que las películas que ocupaban los puestos más altos tras las susodichas en el ranking, han sido las sorpresitas de las que nadie tenía grandes expectativas. Joyitas como la estadounidense The Woman (Lucky McKee), una cinta transgresora sobre un padre de familia maltratador y abusador que encuentra en el bosque a una mujer salvaje y decide llevarla a casa para "civilizarla" -no sé quién termina educando a quién-, o como la alemana Masks (Andreas Marshall), que soprendió a todos con una película sobre una escuela de interpretación  que utiliza unos métodos de enseñanza muy agresivos -sé de algunos actores a los que les vendría genial-. Un film con una banda sonora espectacular que recuerda en su puesta en escena a la Suspiria de Dario Argento. La ganadora en SitgesRed State (Kevin Smith), ha quedado, en cambio, eclipsada por la fuerza de esas grandes desconocidas y, aunque gustó a muchos, la extraña composición contrapuesta entre prólogo y epílogo ha favorecido la falta de convicción entre los asistentes.

Sorprendente y divertida también la propuesta que clausuró el festival y que, recordemos, no entraba en concurso, Juan de Los Muertos (Alejandro Brugués), una muy recomendable y desternillante producción ambientada en Cuba, en la que se da un levantamiento zombie al que unos singulares personajillos tendrán que hacer frente. Desde luego, una "revolusión" como dios manda, ya era hora.


Sentimientos encontrados en un palmarés en el que las puntuaciones entre los títulos proyectados han sido muy igualadas y, para muchos -entre los que se incluye una sevidora-, con un resultado injusto consecuencia del cariño profesado al producto de la tierra que a la verdadera calidad. Con ello no quiero decir que Lobos de Arga no sea digna de elogios, sin embargo, no se trata más que de una comedia fantástica que no escapa al típico humor español y que, aunque es capaz de extraer unas buenas dosis de carcajadas al espectador, no alcanza siquiera el nivel de compatriotas como Rec, y menos a tenor de las  estupendas realizaciones que se están llevando a cabo en la actualidad como Mientras Duermes. La cinta es simpática sí, pero nada más allá de eso y dudo que supere a Attack the Block. Claro que para gustos los colores y, además, el equipo de la película (el director Juan Martínez Moreno, Gorka Otxoa y Carlos Areces) tuvo el detalle de visitarnos, lo que supongo aumentó el número de simpatizantes.

No sólo los chicos del film ganador han sentado sus traseros en las butacas, sino que personalidades como Alaska y Mario Vaquerizo, quienes se encargaron de entregar los premios, misión en la que Vaquerizo demostró su "nivelazo" de inglés, Manuela Vellés, que protagonizaba el cartel de este año o Andrea Duro, presentando Juan de los Muertos, se camuflaron también entre el populacho, dejando patente una vez más que éste no es uno de esos eventos festivaleros glamouroso, snob y clasista más dado a la adoración de la celebridad que al sentimiento cinéfilo, lazo unificador y representativo del evento.

Un año más, la Semana de Cine Fantástico y de Terror ha llegado a su fin. De nuevo, la cita más gamberra de la ciudad se ha visto obligada a afrontar a su peor monstruo, una crisis económica cada vez más dañina -que ya está arrebatando subvenciones a festivales como el de Sevilla- a la que el nuevo director, Josemi Beltrán, ha sabido plantar cara, logrando la confianza plena del público. A pesar de la tempestad, la organización ha sabido entretenernos, torturarnos con bodrietes -Yellowbrickroad no se lo deseo ni a mi peor enemigo- y reservarnos lo grande en sus últimos días para dejarnos el mejor sabor de boca posible. La promesa final: Que el año que viene la Semana resurgirá de sus cenizas sedienta de más cine, terror y sangre.

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