El santanderino Enrique González Macho de 64 años se ha impuesto por 256 votos contra 101 al cineasta Bigas Lunas en las elecciones a la presidencia de nuestra Academia de cine, la misma semana en la que los hermanos Almodovar anunciaban que regresaban tras años echando pestes de la institución. El nombramiento llega tras la discutida deserción de Alex de la Iglesia por su desacuerdo con la famosa Ley Sinde, y le deja a González Macho el difícil reto de integrar el consumo digital con la rentabilidad para los creadores.
Quizás la mayor exposición a los medios del anterior presidente hizo creer a los votantes que era el hombre indicado para liderar el debate social que ha de darse antes de toda regulación culturalmente restrictiva (en este caso el uso que le damos a Internet), pero no es descabellado pensar que la profesión de Gonzalez Macho, la de distribuidor, coloca al nuevo presidente en una posición inmejorable ante el abismo que ha creado la red entre las salas y los espectadores. En esa línea ha ido su primer discurso, donde ha prometido desarrollar la Academia con ánimo constructivo, eso sí, con la dirección puesta en la autopista digital: "Creo que hay mucha confusión al respecto. Internet somos todos, y hay que buscar el equilibrio entre el internauta y el artista."
Gonzalez Macho además de distribuidor (tiene ¿Para Qué Sirve un Oso? en cartel) es también productor de cintas como Rencor, La Noche de los Girasoles o Te Doy Mis Ojos. Desarrollará su labor junto con las vicepresidentas Marta Etura, actriz, y la directora Judith Colell.
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