Sex Academy, un coach nada caliente

El nuevo reality de Cuatro se estrenó el viernes con un buen 12,3 % de share

El viernes por la noche Cuatro  estrenó por fin su Academia de Sexo después de algún revuelo tras la emisión en prime time de Todos los secretos sobre el sexo, un programa que como su propio nombre indica, intentaba desvelar las claves del acto sexual a los fans de Divinity. En esta ocasión, el nuevo Coach de Cuatro se estrenó a la una de la mañana para no alarmar a nadie, aunque viendo el contenido no parece menos dañino que ver cuatro horas ininterrumpidas de Sálvame mientras Mermelada se disfraza de La Pantoja. Si bien Academia de Sexo no supone ninguna sorpresa porque da exactamente lo que propone, el programa a ratos se hace lento y repetitivo a pesar de los esfuerzos de su conductora Marian Frías. El análisis completo, tras el salto.

El funcionamiento es bien sencillo. Cinco parejas entran en el programa a recibir ayuda a sus diferentes problemas sexuales (perdida de apetito, rutina, complejos…). Sin embargo, en esta ocasión nos adentramos en los hogares como si de Hermano Mayor se tratase para comprobar de primera mano las carencias sexuales de cada pareja. Después en plató, cada pareja pone de manifiesto sus problemas y quejas a Marian Frías (Licenciada en Psicología y Sexóloga), que intentará encontrar la mejor solución para cada tipo de pareja como en cualquier otra terapia. Semana a semana irémos viendo como cada pareja acaba evolucionando y encontrando ese apetito sexual perdido.

¿El problema? Que el programa se acaba convirtiendo en una parodia de si mismo. No digo que los problemas a los que se enfrentan cada pareja no sean usuales, sino que exponerse a dichas situaciones tan abiertamente dejando airear las intimidades de tu hogar es como mucho tener ganas de ser vilipendiado el resto de tu vida. Porque en serio, ¿realmente hace falta ir a un reality para saber que despertar a tu pareja con el glande en su cara está mal? ¿O que si taladras a tu pareja por el agujero prohibido sin previo aviso -como ellos mismo expresaban- por lo general dolerá? Aun así, si os soy sincero, esa puede ser la parte divertida aunque en ocasiones rallé la incomodidad y vergüenza ajena. Lo que si acabó resultando de un sopor indescriptible fue ver como Marían Frías nos descubría cada uno de los tipos de penes y vulvas que había en el mercado, y la utilidad de estos dependiendo de su forma.

Pero como todo reality que se precie, lo importante siempre es y serán sus participantes. En esta primera entrega igual nos hemos encontrado con unos concursantes algo sosos, aunque bien es cierto que es precisamente la gente más puritana la que más juego puede dar. Es el caso de Vanesa, una chica algo recelosa a practicar el sexo con la luz dada sus inseguridades y de mentalidad algo cerrada, ya que como ella misma opina "las felaciones son de putas y guarras". Esa frase viniendo de una persona que ha acudido a la televisión a mostrar al mundo su intimidad desconcierta bastante y pone en duda ya no solo el interés de los participantes sino incluso su credibilidad.

Aún así, Sex Academy no llega a ser un programa de llevarse las manos a la cabeza ni mucho menos. En ningún momento llega a ser vulgar (a años luz de Hombres, Mujeres y Viceversa), sino más bien paródico, sobretodo cuando asistimos atónitos como cada pareja ensayan posturas ante el descojono del personal. Curiosamente, justo después del reality programaron Ciudades del Pecado (a estas alturas queda claro que no tenía plan en viernes noche), otro programa del otro lado del charco con temática picante que resultaba bastante mas entretenido dando una visión diferente al porno clásico.  Y es que ante todo un programa de sexo tiene que ser divertido, y Sex Academy no supone nada nuevo que la desaparecida Lorena Berdún no haya tratado antes, simplificándose todo a si arreglarán o no la eyaculación precoz de ellos y la constante negativa al sexo de ellas. Una vez vale, pero todas las semanas puede llegar a cansar,

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