Crítica de cine: El solista

Las buenas intenciones no bastan


Nota: 6,5

Lo mejor: Robert Downey Jr. y la fotografía
Lo peor: La convencionalidad del conjunto y los tics de Jamie Foxx

Con casi un año de retraso respecto a su estreno estadounidense nos llega este drama que reune a dos actores en estado de gracia en una de esas historias que tanto gustan a los miembros de la  Academia. El solista se enmarca dentro de ese subgénero al que pertenecen cintas como Una mente maravillosa, Despertares o Yo soy Sam, donde un personaje con problemas mentales tendrá que aprender a adaptarse a un mundo que no espera por nadie. El resultado es un correcto drama que no termina de ser redondo en ningún momento por culpa de un guión sin sorpresas y una interpretación de Jamie Foxx que abusa de los recursos fáciles.


Steve López (Downey jr.) es un periodista estrella de Los Ángeles que encuentra la inpiración para sus artículos recorriendo las calles de la ciudad. En uno de sus paseos comienza a escuchar una preciosa melodia que ejerce sobre él un efecto mágnetico. Al otro lado del sonido se encuentra Nathaniel (Foxx), un mendigo con serios problemas mentales que toca compulsivamente su violín. López no tarda en ver un filón periodístico en el sin techo y comenzará ha visitarle con frecuencia, pero el ser humano pronto comenzará a imponerse ante la noticia.

La relación entre dos personajes tan opuestos es el principal eje de la historia, ya que Steve, que considera a Nathaniel un genio musical, intentará ir mejorando su vida poco a poco para que tanto talento no se desperdicie por los callejones de Los Ángeles. Pero no os olvidéis que el periodista en un primer momento se acerca al mendigo por interés, y la cinta juega con la idea de que sus intentos de ayudarle no son más que otra forma de egoismo para sentirse mejor consigo mismo. 


El problema está en que dicho conflicto no es mostrado con la suficiente claridad y la cinta acaba siendo otra película más de autosuperación  con un discapacitado y un buen samaritano de por medio. Es cierto que las escenas en las que Nathaniel se pone violento ante la presión que siente por parte del periodista están muy logradas, pero es que el personaje de Downey -que es el verdadero protagonista- está tan desdibujado  que acaba siendo un mero accesorio para la historia sin apenas profundidad (vease el accidente de bicicleta o la relación con sus compañeros). Pero aquí es cuando entra en juego la estrella de Iron man,  capaz de aplicar su habitual carisma y buen hacer para lograr que un rol tan flojo acabe resultando lo mejor de la película.


Todo lo contrario sucede con Jamie Foxx, que si en Ray nos deslumbró como una copia perfecta del maestro Charles, aquí parece que se ha dado un atracón de telefilmes sobre discapacitados. El actor de 42 años se dedica a repetir los tics y  gestos que hemos visto en cientos de películas del mismo tipo y no logra que el personaje cobre vida en la mente de los espectadores. Es una pena, ya que se trata de uno de esos roles caramelo que de haber sido interpretado por Tom Hanks o Russell Crowe sería uno de los más nominados del año.


El absoluto vacio que le han hecho a la cinta tanto crítica como público no debería empañar la carrera de su realizador, Joe Wright, que en Expiación ya nos demostró que posee un estilo visual de enorme fortaleza y personalidad. El solista no es una excepción, y cuenta con decenas de planos capaces de encontrar belleza incluso en planos de un albergue lleno de sin techo, donde además tiene lugar la mejor escena de la cinta, con Nathaniel tocando y todos los internos escuchando aténtamente. Una secuencia que fue plagiada descaradamente en el primer capítulo de la actual temporada de House.

Con el estreno de El solista los fans de Robert Downey jr. y de los dramas convencionales estáis de enhorabuena, pero no debéis olvidar que lo que tenemos entre manos no es más que un drama de personajes del montón, y una oportunidad perdida que podría habernos deparado otro Rain man o Forrest Gump.

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