Crítica de cine: Al límite

Un thriller con sabor clásico


Nota: 6,5

Lo mejor: Los tiroteos sin miramientos.
Lo peor: La historia da vueltas sobre si misma sin avanzar realmente.

Al límite basa su promoción en el regreso de Mel Gibson tras 7 años de ausencia ante las cámaras, pero este thriller de venganza cuenta con varios elementos más atractivos que la interpretación de su protagonista. Su guión es obra de William Monahan, el hombre más buscado de Hollywood en cuanto a películas de acción y suspense se refiere gracias a su éxito con Infiltrados, de Martin Scorsese. Además, supone también la confirmación de que Martin Campbell (Goldeneye, Casino Royale, El zorro) es uno de los directores que mejor domina las escenas de acción del panorama cinematógrafico actual.


La historia nos plantea el típico esquema de venganza con padre cabreado que hemos visto tantas veces, pero el detonante no es tan simple como un asesinato duante un atraco o un secuestro como hemos podido ver recientemente en las entretenidas Dead Sentence con Kevin Bacon o Venganza con Liam Nesson. Lo que se esconde tras la ejecución de la hija del protagonista es un complot sobre la fabricación de armas nucleares y la corrupción política en el estado de Massachussets.

De ahí que nuestro amigo Meloncio se pase todo el metraje de un lado para otro acosando a senadores, guardaespaldas y empleados de la empresa de su hija sin tener muy claro a quién  tiene que disparar. Además, un asesino contratado por dicha corporación para tapar los cabos sueltos se pasea por la función sin tener muy claro si ayudar al protagonista o asesinarlo. Un rol que inicialmente iba a interpretar Robert DeNiro que a última hora prefirió hacer un bodrio de los suyos y cayó de rebote en Ray Winstone (actorazo visto en Sexy Beast o Beowulf). Seguramente este personaje estaba planteado inicialmente como nemesis de Gibson, aunque al final queda bastante desdibujado dejando al protagonista sin un rival a la altura.


Pero Gibson se basta y se sobra él sólo para sustentar toda la cinta. Al límite no son sólo tiroteos, sino que también tienen cabida las escenas en las que el padre tiene visiones de su hija que evidencian el deterioro de su estado mental. Una desesperación que alcanza su apogeo en las escenas de acción, donde Gibson dispara antes de preguntar y las vísceras salen volando ante el estupor de los peatones que asisten a la venganza de un hombre sin nada que perder.

Unas secuencias dirigidas con mano maestra por Martin Campbell, que nos demuestra que hay vida más allá de James Bond y sustituye al ya enterrado John McTiernan (La jugla de cristal, La caza del Octubre rojo) como el artesano referencia en acción sin artificios. Un director que con esta cinta ha ganado muchos enteros de cara su inminente adaptación de Linterna Verde, que cobra una nueva dimensión en la cabeza de este crítico.


Pero no nos engañemos, como comentaba al comienzo de esta reseña, este es un vehículo de lucimiento para Mel Gibson, que una vez superada la primera impresión de la mala factura que le han pasado los años, nos regala a un tipo duro de manual al nivel de Payback al que sólamente le sobran un par de chistes inoportunos en alguna escena. Winston también está perfecto es su rol de asesino aunque el guión no le deje explotarlo lo deseado. En el caso de Danny Huston como el jefe de la "malvada" empresa si que nos encontramos ante un personaje recurso sin ningún tipo de profundidad.

Al límite es cine comercial de calidad con una dirección por encima de la media y un guión al que muchos agredeceran esa mezcla entre una premisa simple y un desarrollo enrevesado, pero al que otros achacarán un exceso de vueltas en torno a una trama que se podría haber solucionado con dos tiros bien dados en los 20 primeros minutos de metraje.


Noticias relacionadas



blog comments powered by Disqus

0 COMENTARIOS:

Publicar un comentario

Deja tu comentario, que somos pocos y cobardes...

 
Ir Arriba