Crítica de cine: 500 días juntos

Nota: 7

Lo mejor: Si no conocías a Zooey Deschanel, ahora no te la podrás quitar de la cabeza.
Lo peor: Por muy original que sea en la forma es muy clásica en el fondo.

500 días juntos prometía ser la comedia romántica "inteligente" del año. Un adjetivo que se puso de moda a la vez que la fiebre por el cine independiente - que también se hace en Hollywood - con Pequeña Miss Sunshine, Entre copas o Juno. La diferencia entre esas comedias y el tipo de películas que hicieron famosa a Meg Ryan suele ser una dirección más cuidada y unos personajes que rezuman inteligencia y cultura. Una fórmula que está a un paso de caer en la pedanteria y que constantemente es catalogada como "gafapasta" o "modernosa". 500 días juntos entra de lleno en esta definición y resulta algo superficial, pero se salva gracias a un guión ingenioso y la gran Zooey Deschanel, nueva musa del cine moder...independiente.

Los 500 días a los que hace referencia el título abarcan desde que los protagonistas se conocen hasta queterminan su relación mientras que el espectador es consciente del tiempo que ha transcurrido gracias a carteles que nos señalan en que día estamos. Y es que uno de los grandes aciertos del guión es pasarse por el forro el orden cronológico y mostrar jornadas alternas que se traducen en que una escena no tenga nada que ver con la anterior o la siguiente. Un recurso que sin duda le dá ritmo a una historia que no deja de ser el típico chico conoce a chica.

Pero el auténtico protagonista de la cinta es el encanto seductor de Summer (Nombre de ella que inglés sirve para hacer un juego de palabras con el título 500 days of Summer), una de esas chicas capaz de dar la vuelta al mundo de un pobre incauto con sólo aparecer en la habitación. Summer representa a la mujer independiente, segura y culta que no busca ataduras y menos novio. Una forma de ser que dará más de un quebradero de cabeza al personaje de Joseph Gordon Lewitt y que nos recordará seguro alguno propio. Y es que en la cinta este estereotipo es retratado con algo de crueldad, es ahí donde entra en juego el encanto de Zooey Deschanel.

Puede que a muchos no les suene un nombre tan extraño, pero Zooey ha hecho ya un buen puñado de cintas conocidas como Dí que si o El incidente, siendo la mejor sin duda La guía del autoestopista galáctico. Con una carrera labrada en el cine independiente y la televisión (Fue la novia loca de Andy en Weeds), su magnetismo y aura de pin up contemporánea no ha tardado en elevarla al puesto de musa del cinde indie.

La que seguro si que os suena es la cara de su novio en la ficción, el canijo Joseph Gordon Lewitt, al que ya podíamos ver hace casi 15 años en la serie Cosas de marcianos. Su personaje no deja de ser el típico joven algo pringao que se obsesiona con una mujer que le supera, y el actor lo encaja perfectamente asumiendo que va a ser absobido en cada escena por el azul de los ojos de su compañera de reparto, al igual que todos y cada uno de los secundarios.

En cuanto a la fórmula de comedia romántica inteligente de la que hablaba antes, 500 días juntos quizá represente el máximo exponente del subgénero. Encuadres de postal y una banda sonora elaborada se mezclan con voces en off y planos cómplices de los pequeños detalles. Un conjunto que no deja de ser un envoltorio de lujo para un regalo que no deja de ser el de todos los años.

Y es que 500 días juntos no deja de ser una película de género. Aunque los diálogos y las situaciones se asemejan a la realidad más de lo habitual, los valores de siempre acaban imponiéndose y son impartidas las lecciones que hemos oído cientos de veces. El verdadero éxito de esta cinta reside en elaborar un manual de "La relación universal" sin salir del esquema contruído por mil y un comedias románticas.

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