Nota: 6'5
Lo mejor: la historia está bien contada y la atmósfera, conseguida.
Lo peor: a la hora de la verdad no aporta nada nuevo.
No es ningún secreto que James Wan ha dedicado gran parte de su carrera al género de
terror. Lo que sí podría sorprender es la rápida evolución que ha experimentado el realizador malayo en la última década.
Pues estamos ante un director que cuenta con una primera incursión en el género
nada desdeñable, nada más y nada menos que la cabeza pensante que puso en
marcha la franquicia de Saw (2004). Ya
han pasado nueve años de aquello, y a pesar de haber sufrido algún tropezón por
el camino (Dead Silence, Death Sentence),
desde Insidious (2010) hasta su
último proyecto, The Conjuring, Wan demuestra
haber depurado bastante su forma de hacernos pasar miedo.
Aunque ya coqueteó con el tema de las casas encantadas en
Insidious, Wan vuelve ahora con una historia basada en hechos reales. La de
Lorraine y Ed Warren (representados por Vera Farmiga y Patrick Wilson), una pareja de
investigadores paranormales cuyos servicios son requeridos por la familia
Perron (Lili Taylor y Joey King), quienes viven en una casa con tendencia a
sufrir visitas fantasmagóricas poco gratas.
A favor de The
Conjuring juega el hecho de que prescinde de la violencia, el sexo o el
gore. No necesita esos elementos para asustar e intimidar al espectador. Se
plantea una historia sólida y bien narrada que funciona con precisión. Quizás
porque no aspira a demasiado. O porque se limita a hacer un cuidado ejercicio
de estilo sobre una historia que nos sabemos de memoria. O porque Wan demuestra dominar de sobra los
recursos del cine de terror. El director malayo cocina a fuego lento una
atmósfera en la que se adivina la esencia de grandes títulos del género. Es por
ello, que a pesar de que sobre The
Conjuring planee el fantasma de lo predecible y el tópico, en su conjunto
resulte una cinta efectiva.
Al éxito de este octavo largometraje contribuyen las
buenas interpretaciones de las dos parejas de actores y las de las niñas, por
supuesto. Si bien es verdad que los ayudantes de los Warren ayudan a aliviar la
tensión aportando el toque cómico a la cinta, por otra parte, recuerdan
demasiado a los ayudantes de la médium de Insidious,
cuya función en la narración era similar. Wan repite la fórmula con la que se
ganó el aplauso por Insidious, pero
esta vez mejorada. Si aquella presentaba dos partes bien diferenciadas, The Conjuring demuestra ser un proyecto más
maduro de un creador cuyas señas de identidad siguen manifestándose a través de
elementos ya reconocibles en su filmografía: muñecos diabólicos, juegos que
acaban mal y muertos que vuelven a por los vivos.
James Wan demuestra talento y mimo en lo que hace aunque
todavía le queda mucho camino que recorrer. Pues conviene no olvidar que nunca
es fácil hacerse un retrato fiable de la capacidad artística de un director
cuando éste se ha limitado a moverse dentro de un solo género. Por lo pronto,
le veremos al mando de The Fast and the Furious
7, proyecto de encargo que el realizador parece haber aceptado
gustosamente. El tiempo dirá.
2 COMENTARIOS:
¿De cuántas películas ha absorvido elementos 'The Conjuring'? Una infinidad de títulos podemos destacar.
Esta es una película que camina in-crescendo y tiene escenas bastante chulas, a parte de el trabajo del director y los actores.
La historia, pues la de siempre.
Respecto a lo que comenta MIgueL a mí si me parece que la historia esté bien. Coincido en que es un tópico. Pero para una historia de miedo en la que los protagonistas no se separan para explorar la casa... Quiero decir que la narración es solida y la actuación aceptable. Y eso es mucho más de lo que una película de este género suele ofrecer.
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