Nota: 4
La semana pasada se estrenó una de las nuevas apuestas por
la ficción de Mediaset, Frágiles, con un reparto más sólido de lo habitual y un argumento que al menos provoca alguna
curiosidad. No es ninguna novedad que la cadena de Sálvame
tiene un problema grave en este apartado, ya que hasta la fecha, las series
patrias que ha estrenado se han contado por fracasos. El último caso reciente
lo tenemos con La Fuga, una especie
de Prison Break que como ya comentamos, dejaba mucho que desear. El problema que Telecinco tiene con las series viene relacionado con la mala imagen
que la cadena ha ido adquiriendo con el
paso de los años, basicamente, por ser una canal que progreviamente ha ido focalizando un
target muy determinado cuyos gustos posiblemente estén lejos de la ficción. No obstante, lo que no pueden esperar es que el mismo grupo de
espectadores que sucumbe a los encantos de Jorge Javier Vázquez en el inefable
programa Tengo algo que decirte pueda apoyar propuestas más “innovadoras”.
Frágiles viene apadrinada por el relativo éxito de La Pecera de Eva, la serie de Alexandra Jiménez, ambas producidas por Isla Producciones y con una temática con no pocas similitutes. El análisis completo del primer episodio, tras el salto.
En Frágiles nos encontramos con Pablo, un fisioterapeuta de renombre que busca soluciones a los
dolores que sufren sus pacientes aunque al final descubramos que el peor dolor no
solo reside en el cuerpo. Los padecimientos
emocionales establecerán básicamente el vínculo de unión entre los pacientes y
Pablo, y como éste, con métodos poco ortodoxos, intenta soliviantar las cicatrices
que en ocasiones nunca cierran del todo. Santi
Millán intenta esbozar un personaje con personalidad propia, sin embargo,
consigue desdibujarse por completo con una caracterización que en ocasiones
recuerda en exceso a las extravagancias del Doctor Gregory House, pero con una evidente falta de ingenio sobre todo
en sus puntos cómicos.
Lamentablemente, lo que en un principio podría ser una propuestas interesante, lejos de los histrionismos como el remake de Cheers o el festival de disfraces llamado como Piratas, acaba tristemente naufragando por un guión que una vez más hace replantearnos la eterna pregunta ¿Qué ocurre con los guionistas españoles? Ya no es solo que los personajes disten bastante del realismo que requiere una serie que básicamente ha de sustentarse en actores convincentes y un guión sólido (sino véase la diferencia con En Terapia de la HBO), sino más bien son una consecución de incongruencias que hace inverosímil lo que están intentando relatarte.
Un ejemplo claro lo tenemos con el personaje de Ruth Núnez, a la que recordamos por la simpática serie Yo soy Bea, remake de la famosa telenovela colombiana. Ruth, en esta ocasión, interpreta a una chica con el síndrome de Asperger, un trastorno de la personalidad que refleja de una manera muy sobreactuada consiguiendo que uno no pueda tomarse la serie en serio de primeras. Pero el mayor disparate viene a partir de una paciente con inmovilidad permanente por debajo de la cintura que acude a la terapia para buscar una solución a su continuo dolor de espalda. El caso es que después de un par de minutos de masajes de playa y un par de piropos de andamio, el protagonista de Frágiles consigue como si de un chamán se tratase ya no solo cambiar el malhumorado humor de la paciente, sino incluso que mueva un dedo del pie milagrosamente. Por si fuera poco, la reacción de este fisioterapeuta que nos acompañará la noche de los jueves -si el público responde-, resulta aún más inverosímil viniendo de un profesional fomentando la esperanza de volver a caminar, en vez de andar con pies de polvorosa como supongo cualquier profesional en su sano juicio haría. Vamos, un disparate.
En conclusión, Frágiles
podría haber sido una apuesta interesante de haberse centrado un poquito más en
unos personajes algo más tridimensionales (los aspavientos de la Juani de Médico de Familia no tienen
nombre) y en una historia donde los protagonista deberían de haber lucido con
luz propia. Por desgracia, nos relatan una historia poco creíble buscando el
efectismo de forma descarada donde los vínculos emocionales resultan demasiado
intrascendentes no consiguiendo transmitir al espectador más exigente interés por
las desventuras de los pacientes de Pablo. Además, Santi Millán todavía tiene que pulir sus dotes de actor -que no de
showman-, ya que su personaje dista mucho de resultar carismático. Lo mejor, sin
duda los títulos de crédito que me dieron la pequeña esperanza de poder estar
ante algo diferente en lugar de frente a la quimera de siempre.
2 COMENTARIOS:
Acertado, acertado, como seguidor de series, tanto españolas como americanas, la serie Fragiles es un verdadero Truño, Mojon, lo siento pero es la realidad.
No estoy de acuerdo!!...es una de las mejores serie entre todas las actuales series irrealistas y mal argumentadas.
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