Analizamos la 1º temporada de Hell on Wheels

La sombra de Deadwood es muy alargada
 


Asumamos primeramente que este estreno no es Deadwood, mentalicémonos antes de predisponer de cualquier prejuicio u opinión porque evidentemente Hell on Wheels siempre acabaría perdiendo por goleada. Deadwood era y es una obra maestra con una recreación magnífica de la época y plagada de personajes (unos históricos, otros no) antológicos fruto de unos guiones cuidados hasta la obsesión. La serie de la HBO conseguía desmitificar el género western así como Los Soprano lograron dar una imagen fiel y alejada de cualquier glamour cinematográfico de La cosa nostra y su entorno. En Deadwood rara vez tuvimos la oportunidad de ver duelos al sol propios de La Muerte Tenía un Precio, más bien buscaba recrear el día a día de un pueblo surgido a través de la fiebre del oro. Por ello, y aunque Hell on Wheels también posee connotaciones históricas importantes, la mayor diferencia radica en que este relato posee una clara dependencia de su protagonista al ser éste el único hilo conductor de la serie, con la simpleza que eso conlleva.

El análisis completo de la primera temporada, tras el salto.



Hell on Wheels nos sitúa en 1860 tras finalizar la Guerra de Secesión y se centra en un ex-soldado confederado que busca desesperadamente a los combatientes de La Unión que acabaron con la vida de su esposa e hijo. Su venganza le llevará hasta Hell on Wheels, un pueblo itinerante de Nebraska, el cual sigue la construcción del primer ferrocarril transcontinental de los Estados Unidos.  Sin olvidar a la tribu Cheyenne que se opondrán a la construcción del ferrocarril ocasionando diferencias insalvables con el llamado hombre blanco.

(Porque en el viejo Oeste ya existía el culto al cuerpo)

Como anteriormente comentaba, uno de los problemas de este western es que abusa en exceso de la dependencia de su protagonista Cullen Bohannon. Y no porque nos encontremos ante la sobreexplotación del carisma del personaje interpretado por Anson Mount, sino porque el relato de la serie nunca llega a crear otras líneas argumentales de verdadero interés para el espectador. De hecho, temas tan atractivos como las consecuencias sociales tras una cruenta guerra civil pasan por alto sin el mayor protagonismo cuando La Guerra de Secesión consiguió dividir a toda una nación causando un gran impacto demográfico en el país de las barras y estrellas. Lo mismo sucede  con la abolición de la esclavitud. Apenas llegamos a conseguir un retrato fiel de lo que por aquel entonces representaba la segregación. También ocurre con la tribu Cheyenne, a la que llegamos a conocer pero en ningún momento se ahonda en la cuestión cuando el relato lo pide a gritos. Sin duda, estos tres marcos argumentales podrían marcar la diferencia con Deadwood vista la importancia relevante en la historia de los Estados Unidos.

No obstante, no creo que lo comentado un párrafo más arriba sea el mayor problema de Hell on Wheels sino la alarmante falta de carisma de sus personajes. Anson Mount (Bohannon) no consigue trasmitir tridimensionalidad al personaje pasándose la mayor parte de la temporada con cara de perro y con un guión que tampoco ha ayudado demasiado a dibujarnos un personaje que la pantalla adore así como si hacen con su otro protagonista Elam Ferguson, interpretado por el rapero/actor Common dando vida a un esclavo liberado que busca encontrar su lugar en el mundo. A pesar de ese fantástico flash-back que nos describe el contexto racial y de donde proviene Elam Ferguson, mas tarde no consiguen dar con las teclas idóneas a la hora de hacer un esbozo sobre este personaje. Una vez acaba la temporada, no sabemos si estamos ante un líder, un buscavidas, o simplemente ante un hombre que supo aprovechar su momento.


Seguramente, todos estaremos de acuerdo que el peso interpretativo lo llevan tanto Colm Meaney (eterno secundario) interpretando al empresario sin escrúpulos Thomas C. Durant y Christopher Heyerdahl (reciente fichaje para la 4 º temporada de True Blood) como El Sueco. Respecto a Colm Meaney (genial el momento penique) nada que objetar con un trabajo ejemplar del que todavía nos queda por descubrir cuan cabrón puede llegar a ser su personaje. Respecto al Sueco (que en realidad es Noruego) posiblemente estemos ante el personaje con más carisma de la serie dadas las virtudes interpretativas de Heyerdahl, ya que su tarjeta de presentación como aquel contable que tuvo que aprender a controlar a las multitudes así como a los números fue de los más sobresaliente de Hell on Wheels. Sin embargo, su personaje queda algo desdibujado a tenor de algunas decisiones que distan mucho de inteligentes (como la de colgar a un negro sin preveer una revuelta) y la poca o nula capacidad que tiene para acabar con Bohannon.

En definiva, nos encontramos con una serie que a pesar de sus fallos es un producto de entretenimiento notable con una puesta en escena elegante y una cabecera de quitarse el sombrero. Quizás la cadena AMC ya se halla labrado una reputación cuyo nivel de exigencia sea demasiado alto y de ahí la decepción, pero sin duda Hell on Wheels está muy por encima de series de estreno con guiones aún mas blandos como Person of Interest o quizás Alcatraz (igual aquí me estoy columpiando). Evidentemente, la sombre de Deadwood es muy grande (y también la de su presupuesto comparado con el de la serie de la AMC), por lo que Hell on Wheels deberá encontrar su tono y sobre todo ahondar un poco en el relato histórico y su contexto en vez de en el recurrente tema de la venganza el cuál tiene fecha de caducidad esperemos a no muy tardar. 

Noticias relacionadas



blog comments powered by Disqus

4 COMENTARIOS:

Pablo de los Rios dijo...

A mi me costó ver el piloto un huevo. Mejora o esa es la linea general?

Ah, y el prota parece un tipo disfrazado de vaquero.

Julen Alonso dijo...

Mejora bastante el segundo capítulo, a raiz del sueco, el cual es una delicia verle actuar porque no es solo los gestos sino su voz lo que realmente le convierten en un personaje de primera

krivick dijo...

menos mal chico que yo la estoy viendo y si no llega a ser por eso y leyendo tu crítica, subjetiva a muerte, dando lugar a que casi no expones la realidad de la serie dada tu manía hacia ella, ni la veo oiga. Esta sentencia de muerte que has hecho sobre esta ("gran" para mí) serie viene dado a tu gran admiración por Deadwood. Das la impresión de que cualquier serie de "vaqueros" que no sea igual o por lo menos parecida en un 95% a tu queridísima Deadwood (ni que el creador sea familiar tuyo, chico) va a ser o es una auténtica bazofia, cosa que intentas salvar de alguna manera y aún no sé porqué con tu frase en el último párrafo de tu crítica

"un producto de entretenimiento notable con una puesta en escena elegante y una cabecera de quitarse el sombrero"

todo esto después de "ponerla a caldo" en todos los párrafos anteriores, de forma totalmente gratuíta. Por cierto, me encanta lo de empezar una crítica de una serie hablando de otra un párrafo entero, elogiando a Deadwood hasta no poder más para preparar el terreno para darle el estocazo a Hell on Whells... tú sí que sabes chico...

Pero como siempre he dicho: "Si un crítico de cine habla mal de una película (serie en este caso) entonces merecerá la pena verla... y si habla bien de una película (repito que serie en este caso), mejor ni acercarse a ella (ejemplo "El árbol de la vida")" y con esta premisa por delante, casi siempre he acertado... y creo que con los críticos amateurs como tú, más razón para llevarte la contraria...

Julen Alonso dijo...

Krivick en vez de decir lo mal crítico que soy (nunca he dicho que sea profesional) Porque no simplemente contradices mis argumentos uno por uno?

Un saludo

Publicar un comentario

Deja tu comentario, que somos pocos y cobardes...

 
Ir Arriba