Nota: 4
Lo mejor: Elle Fanning, que se está acostumbrando a merendarse al resto de los actores con los que trabaja.
Lo peor: que tras el vapuleo por Maria Antonieta, Sofía Coppola parece un conejo asustado que ha jurado no volver a salir de la madriguera.
Esta vez, a Sofía Coppola no le ha hecho falta irse hasta Japón para demostrarnos que incluso las estrellas de cine lloran, se aburren, tienen gatillazos, y, en definitiva, viven como el resto de los mortales. Esa es la idea que quiere transmitir -otra vez- la hijísima en su cuarto film, que supone también el regreso al cine íntimo y minimalista que nos descubrió a la realizadora en Las Vírgenes Suicidas, además de ser todo un paso sobre seguro tras el descalabro de Maria Antonieta para contentar a su legión de seguidores, compuesta fundamentalmente por adolescentes impresionables y sesudos críticos empeñados en ver un componente genético en esto de la dirección.
Y ojo, que no digo que la pequeña de los Coppola no haya demostrado una sensibilidad especial con sus dos primeros films, pero tampoco vamos a negar que todos sus proyectos o bordean peligrosamente la frontera de la pedantería o directamente entran en ella aliñando el conjunto con pretenciosidad y empachona música alternativa. Y en menor grado que la cinta histórica protagonizada por Kirsten Dunst, ese es el caso de Somewhere, que repitiendo la fórmula de Lost In Translation logra exactamente el resultado contrario: ser olvidada incluso antes de su estreno.
Ahora es cuando nos damos cuenta de que el éxito de la cinta ambientada en el país del sol naciente respondía más a una acertada combinación entre un reparto en estado de gracia y un tono demandando por la industria de aquellos días (el de cine indie sin aparentes pretensiones). Pero es que en aquella ocasión, Coppola lo que pretendía era sorprender con un relato tan crudo como tierno de una figura tan alejada del resto de los mortales como puede serlo una estrella de cine. Un mundo que la realizadora conoce de primera mano desde la cuna. Y lo que tenemos en Somewhere es la continuación innecesaria de aquel propósito que evidencia la falta de agallas y de inventiva de la protagonista de El Padrino III.
En lugar de por Japón, el protagonista de Somewhere se encuentra de promoción por Estados Unidos alternando lujosos hoteles, no menos lujosas chicas y las visitas de su hija preadolescente. Pero su actitud lacónica y nihilista es exactamente la misma que la de Bob Harris (Murray en la mencionada Lost In Translation), solo que el personaje de Dorff no tiene la suerte de encontrarse a Scarlett Johansson en plena crisis existencial, sino que tiene que lidiar con una pequeña señorita que se está criando sin conocer realmente a su padre.
Ese cambio en el personaje femenino es la única diferencia que podréis notar en la trama de Somewhere, ya que los momentos de silencio en habitaciones de hotel o los paseos a cámara lenta (si no la hay, lo parece) de ambas parejas son exactamente los mismos, al igual que la barrera de incomunicación que tiene que superar el protagonista en su previsible recorrido emocional. Dejando de lado los evidentes rastros autobiográficos que nos deja la realizadora (visibles en detalles como el origen italoamericano del protagonista o en los platos de pasta que cocinan padre e hija), esta historia fraternal pierde por goleada en interés y fascinación ante cualquier otro relato que ha pasado por las manos de Sofia Coppola.
También es cierto que la madurez visual a la que ha llegado la directora es más que evidente, sobre todo en esa depuración de movimientos que le lleva a contar varias cosas sin necesidad de mover la cámara. Pero lo que puede ser una virtud a la hora de economizar metraje se traduce en un perfecto sedante cuando pones la técnica al servicio de acciones intrascendentes y momentos vacíos, por mucho que tu intención sea precisamente reflejar esa ausencia de pasión.
Elle Fanning es la única que logra aportar algo de chispa confirmándose como el talento infantil del momento, mientras que Stephen Dorff pierde la mejor oportunidad de su vida irónicamente haciendo exactamente lo que la directora exigía de él, es decir, comportarse como un tío normal. Lo que Coppola no ha tenido en cuenta es que el villano de Blade está muy lejos del carisma arrollador de Bill Murray, capaz de marcar todo un estilo a la hora de sujetar un vaso de Whisky.
En definitiva, si para ver ver Avatar en su máximo esplendor hacen falta unas gafas en 3D, lo que se necesita para apreciar Somewhere son unas gafas de pasta tamaño XL con muescas del cine de Jim Jarmush, Isabel Coixet, y en general, todo lo que protagoniza ultimamente Phillip Seymour Hoffman, que también nos sirve como ejemplo de actor que podría haber servido como motor para este vehículo que no va a ninguna parte.
4 COMENTARIOS:
grande pablo, no podías haber descrito mejor el cine de sofia coppola.
Lost in translation es una puta fustaña pedante más hueca que mi cerdito hucha! Personajes relativamente profundos cuyas conversaciones son tan intrascendentales que lo único q podemos apreciar es la decadencia sin sentido!
Vaya puajjjjjjjjjj que se pire ella y Sodenberg (Por si no lo habeis notado le tengo mucho gato a este director)
¿Qué demonios es lo que te hace pensar que María Antonieta fue un fracaso? Si acaso no fue un rotundo éxito.
Ahora bien imagínate que como a mí me sucede no has visto lost in traslation no puedes decirme que esta película no está depuradísima técnicamente, la fotografía y sobre todo el montaje son magistrales, está claro que es una película menor pero muy bien realizada, en mi opinión se merece como poco un notable.
Y no entiendo esa tonta manía que le tenéis a Sofía Coppola, es una realizadora con un brillante futuro ya lo veréis.
Además de todo esto quiero decir que pasé un rato entretenido viéndola y me parece bien resaltada la actuación de Elle Fanning.
En definitiva es una película atractiva y a vosotros no os agrada en exceso el cine ``independiente`` .
Pedro, te podría poner varios ejemplos de ese tipo de cine que me encantan, y no es que tengamos manía a Coppola, lo que pasa es que se la endiosa cuando solo tiene una gran película, otra decente, y dos cagarros en los que, además, el último es una copia de su cinta de mayor éxito.
Y MAria Antonieta costó 40 millones de dólares y recaudó 60, y ya sabemos que para que una cinta sea rentable se tiene que acercar al doble de taquilla en proporción al presupuesto. Y encima es machacona y pedorra hasta decir basta. Eso sí, con la técnica de Sofía Coppola nunca me verás meterme.
Estoy de acuerdo en que Sofia Coppola es la directora del vació; hace cine posmoderno y leve. Su aproximación al lugar 'otro' es siempre mediante tópicos (Italia y Japón). Y la verdad hay algo de etnocentrismo cultural en cuanto a posicionarse al lado del sujeto Americano que no comprende el extranjero (mayormente porque no comprende el idioma). Sus películas pueden gustar y la verdad la técnica está muy bien. Pero ni la satisfacción en el espectador ni la técnica son sinónimos de buena película.
Estoy de acuerdo con la crítica, Pablo, a exceptuar el último párrafo y de que me gusta la aproximación a la relación padre-hija (Fanning actúa muy bien). Aunque he de decir que me da la impresión que a mí no me a disgustado tanto como a ti.
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