Análisis segunda temporada de Justified

Brillante y melancólico western

La primera vez que colgamos el trailer de la nueva serie de Timothy Oliphant recuerdo que causo demasiadas dudas, incluidas las mías. Lo cierto es que no acababa de convencer y parecía que estábamos ante otra serie de policías con los clásicos episodios autoconclusivos, pero con algo de estilo western. ¡Qué equivocados estábamos! Justified en su primera temporada se ganó el respeto de público y crítica y esta segunda ha sido para quitarse el sombrero...de vaquero. El análisis tras el salto.

Esta segunda entrega ha estado eclipsada por el fantástico personaje de Mags (veterana Margo Martindale), una nueva rival que sin duda ha estado a la altura de Rayland Givens. Mags se situa al frente de los Bennet, otro clan perteneciente al conflictivo condado de Harlan donde Raylan intenta imponer su ley. Sin duda es lo maravilloso de Justified, esa olor a antiguo western donde los clanes guardan sus viejas heridas y donde los rencores y odios están a flor de piel, esperando en momento oportuno para explotar.

Pero volviendo a los Bennet, todos fantásticos personajes, tenemos a Dickie (Jeremy Davies) con su cojera junto con su hermano inestable emocionalmente Cover. Ambos representan a los clásicos delincuentes no demasiado inteligentes pero con una sensibilidad muy peculiar fruto de una familia un tanto desequilibrada. Grandioso momento el de Mags castigando a Cover a base de martillazos, lo cuál contrasta con la sensibilidad que ésta mostraba con la pequeña Loretta. No obstante, Mags siempre se mostraba astuta y fría para conseguir sus objetivos.

Por otro lado, Boyd Crowder ha seguido en mayor medida la tónica que esperábamos. En un principio seguía como acabó en la primera temporada, queriendo llevar la vida por el lado de la rectitud, sin embargo, una vez más se descubre a si mismo como el criminal que es. No obstante, la pose de Boyd que tiene tan filosofal no me acaba de convencer y es que no recordemos que al principio nos dibujaron a un Boyd como un mal nacido racista que iba bombardeando a los negros del condado de Harlan.

En cuanto a Raylan, como la temporada, creo que ha ido de menos a más, con un comienzo algo lento para luego subir como la espuma. Durante los primeros capítulos se echaba de menos algunas de sus clásicas fanfarronadas de tipo duro y alguna escena de acción. No obstante, después hemos tenido dosis de ambas cosas por doquier, con un Oliphant que sin duda se ha convertido en un icono de los llamados tipos duros de la pequeña pantalla. Y es que ya apuntaba maneras con su personaje en Deadwood, cuya mirada reflejaba un odio contenido espeluznante.

Si tuvieramos que elegir los grandes momentos de la temporada, sería un problema difícil de resolver. Sin embargo, creo que muchos nos decantaríamos por ese final tan poético y a la misma manera tan desgarrador con una Mags en estado de gracia. Como si de una tragedia griega se tratara, vemos como el clan Bennet se desmorona cuando ya había ganado, pero como la propia Mags reconocía, no iba a pasar el resto de su vida tan sólo viendo ocurrir las cosas, algo que me recordó al personaje de Marlo en The Wire, cuando afirmó que tan sólo era un Gangster. Y eso es lo que condena a Mags, no conoce otra vida y en el momento que puede darle la espalda, no lo hace y acaba perdiendo cuando el partido estaba ganado. 

Justified se ha convertido en una pequeña joya, en un western televisivo donde los guiones están pulidos y la puesta en escena trabajada. Sin duda, el ambiente melancolico y la mirada de Raylan que refleja la historia de una tierra donde es difícil salir a delante, son claves para que Justified te acabe convenciendo. Serie que da mucha relevancia a la familia y a los lazos que te unen a la tierra donde te has criado.

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