Con Richie Rich y compañía
Hermano mayor, El campamento, Mujeres ricas, generación NINI…parece que últimamente nos invaden una serie de realities cuyo mayor aliciente son sus curiosos participantes, siempre cada uno de ellos lejos del común de los mortales. La televisión siempre sabe sacar rendimiento a los extremos, ya sea con adolescentes malcriados o mujeres ricas que no tienen otra cosa que hacer más que hacer estragos en las cuentas de sus maridos.
En esta ocasión, este nuevo programa de Cuatro ha rizado el rizo un poco más con unos participantes de lo más peculiares. Niños ricos consentidos cuya mayor preocupación en la vida es estar divinos de la muerte, pero sin dar un palo al agua. No estudian, no trabajan, sólo saben gastar el dinero de papa de la mejor manera que saben; fiestas, ropas, coches de lujo…
Lo más curioso de todo es que ellos mismos son conscientes de que son unos auténticos vagos afortunados y evidentemente no cambiarían su forma de vivir de ninguna manera. De modo que el programa Hijos de Papá junto con la colaboración de unos padres que son los auténticos responsables de la actitud despreocupada de sus hijos, traerán a los estirados jovencitos a un pueblo alejado de cualquier glamour para trabajar como auténticos currelas.
Hijos de Papá no ha inventado nada nuevo, aunque el perfil de los concursantes si que lo es, hasta un punto que de que no acabas de llegar a creer que puede existir personajes de esa magnitud. Durante 21 días tendrás que hacer frente a los costumbres de la vida cotidiana, lo cuál por inverosímil que parezca les supondrá un verdadero reto.
Durante la primera emisión del programa conocimos la vida de lujos que llevaban los participantes para observa como de golpe les arrancan de los cálidos brazos de sus adinerados padres. Lo cierto es que ver el rostro de cada uno de ellos cuando se van percatando de donde se han metido no tiene precio. No puedo negar que no me resultase divertido verles sufrir con pruebas tan duras como prepararse la cena o simplemente el hecho de entrar en una cocina.
A priori, un reality entretenido, pero no nos equivoquemos el morbo por verles sufrir a aquellos que lo tienen todo es el mayor aliciente. ¿Significa eso que somos todos un poco perversos?
Hermano mayor, El campamento, Mujeres ricas, generación NINI…parece que últimamente nos invaden una serie de realities cuyo mayor aliciente son sus curiosos participantes, siempre cada uno de ellos lejos del común de los mortales. La televisión siempre sabe sacar rendimiento a los extremos, ya sea con adolescentes malcriados o mujeres ricas que no tienen otra cosa que hacer más que hacer estragos en las cuentas de sus maridos.
En esta ocasión, este nuevo programa de Cuatro ha rizado el rizo un poco más con unos participantes de lo más peculiares. Niños ricos consentidos cuya mayor preocupación en la vida es estar divinos de la muerte, pero sin dar un palo al agua. No estudian, no trabajan, sólo saben gastar el dinero de papa de la mejor manera que saben; fiestas, ropas, coches de lujo…
Lo más curioso de todo es que ellos mismos son conscientes de que son unos auténticos vagos afortunados y evidentemente no cambiarían su forma de vivir de ninguna manera. De modo que el programa Hijos de Papá junto con la colaboración de unos padres que son los auténticos responsables de la actitud despreocupada de sus hijos, traerán a los estirados jovencitos a un pueblo alejado de cualquier glamour para trabajar como auténticos currelas.
Hijos de Papá no ha inventado nada nuevo, aunque el perfil de los concursantes si que lo es, hasta un punto que de que no acabas de llegar a creer que puede existir personajes de esa magnitud. Durante 21 días tendrás que hacer frente a los costumbres de la vida cotidiana, lo cuál por inverosímil que parezca les supondrá un verdadero reto.
Durante la primera emisión del programa conocimos la vida de lujos que llevaban los participantes para observa como de golpe les arrancan de los cálidos brazos de sus adinerados padres. Lo cierto es que ver el rostro de cada uno de ellos cuando se van percatando de donde se han metido no tiene precio. No puedo negar que no me resultase divertido verles sufrir con pruebas tan duras como prepararse la cena o simplemente el hecho de entrar en una cocina.
A priori, un reality entretenido, pero no nos equivoquemos el morbo por verles sufrir a aquellos que lo tienen todo es el mayor aliciente. ¿Significa eso que somos todos un poco perversos?
3 COMENTARIOS:
Ayer estuve viendo un trocito de programa, cuando estaban presentando a los concursantes, pero cuando salió el niñato del yate diciendo que nunca estaría con una chica que trabajara en un supermercado porque eso sería perder puntos, me dieron ganas de meterle la cabeza en un cubo lleno de m... de vaca. Y los padres de las joyitas no sé de qué se quejan, ellos mismos han creado esos monstruitos. Todo eso en caso de que esa gente de verdad sea así, que igual son actores haciendo un papel.
claro que somos perversos, no hay más que ver las audiencias de la parrilla televisiva de telecinco, pero en este caso se lo merecen con creces. Yo tambien pensaba que las de las "princesas de barrio" eran actrices, pero tengo entendido que no, son 100% chonis orgullosas, asi que es probable que estos tampoco sean actores.
yo creo que me lo vi enterito, y no fue keriendo, lo juro. es que me kede flipando hasta un cuarto de hora despues de que acabase.
menudos engendros humanoides. mas valdria que sus señores padres les hubieran dicho no mas de una vez. asi ahora no tendrian que haber acudido a un reality para que la sociedad casi en su extension se mofe de la sarta de vagos que han engendrado. asi va el pais.
Publicar un comentario
Deja tu comentario, que somos pocos y cobardes...