Crítica TV: The Good Wife (4º temporada)

Juicio nulo para Florrick 

 

Nota: 6

Con The Good Wife siempre he tenido una relación de idas y venidas, ya que a pesar de que he llegado a afirmar que odiaba a su personaje principal (por ejemplo aquí), nunca he ocultado que esa facilidad para rechazar a su protagonista es uno de los morbosos alicientes de la ficción de CBS. Y ahora, con la desaparición de Damages, esta claro que la ficción protagonizada por Julianna Margulies se ha convertido en el referente del genero judicial en la televisión, ya que siempre ha sabido conjugar perfectamente su faceta procedimental con el devenir lineal de sus personajes, sin dejar en ningún momento de ser un drama legal. Es por ello que, al igual que ocurriera con series como House, es de agradecer que año tras año la parte procedimental no resulte repetitiva para el espectador, intentando siempre los guionistas ofrecer novedades dentro de las limitaciones que la fórmula proporciona. Sin embargo, este año, como ocurrió en el anterior, nos hemos quedado con la sensación de que la temporada tristemente no acababa nunca de arrancar, enraizada en una tierra de nadie y sin rumbo fijo.

El año pasado, sin llegar a ser excepcional, sí que resultó un temporada perfectamente orquestada para un devenir más ambicioso. Sin embargo, la mayor parte de las premisas que nos propuso el final de aquel tercer año han acabado por diluirse sin ninguna consecuencia. Evidentemente, Alicia Florrick se presenta como la primera cabeza de cartel, no obstante, hace ya tiempo que el protagonismo no reposa únicamente sobre sus hombros sino que el resto del reparto ha sabido aunar esfuerzos en suplir dicha carga. Es por ello que The Good Wife puede ir más allá del género judicial, coqueteando cada vez más con el siempre carismático género político – además del obvio drama familiar - , otorgándole a la serie una agilidad única y sobre todo dando la posibilidad al espectador de elegir cual es la faceta que más le gusta. Por un lado disponíamos de la apasionante carrera política de Peter Florrick para gobernador contra Kresteva – un sorprendente Matthew Perry –, mientras que por el otro, el final del affair de Alicia junto con el sorprendente giro que supuso la inminente aparición del marido de Kalinda.



Pero vayamos por partes. Personalmente soy de aquellos que siempre se sienten atraídos hacia las confabulaciones políticas y todo lo que conlleva el género (este año, sin duda, la gran baza ha sido la notable House of Cards). Por ello, el personaje de Eli Gold siempre me ha caído en gracia, no ya sólo por la perfecta caracterización de Alan Cumming, sino por todo el humor negro que destila el personaje. Sin embargo, tras una tercera tanda donde Gold se quedó chupando banquillo, la expectación para esta temporada era alta y, sin embargo ha terminado resultando decepcionante en un año que prometía una cruenta batalla política de altos vuelos. Kresteva ni siquiera se nos presenta como el auténtico rival de Florrick, sino la opulenta Maddie, que en ningún momento resulta un personaje con el carisma suficiente como para justificar su presencia en el cartel. Finalmente se nos presenta de nuevo otra de esas decisiones a la que los personajes de The Good Wife tienen que hacer frente en su ambigua moralidad, quedándose en poco al no saber realmente si Florrick sabía o no de la argucia relacionada con el fraude electoral.

A Kalinda su su carácter descarado y a la vez imposible de descifrar la convierten siempre en foco de atención. No obstante, representa un personaje que resulta siempre un recurso refrescante -recordad la segunda temporada- para el guionista, pero con alto riesgo de quemarse a toda velocidad. Y posiblemente este año, sin llegar a una catástrofe de semejante calibre, sí es cierto que la repentina aparición de su marido ha terminado resultando un verdadero globo desinflado. Ya de por sí resultaba complejo imaginarnos a una Kalinda tomando los votos, no obstante, al principio pudo haber cuajado dada la química sexual que irradiaban ambos actores. Sin embargo, el ex-marido de Kalinda acaba totalmente desdibujado como un celoso retrógrado que dificulta aún más la idea todavía de que una mujer de su calibre pueda fijarse en él. Su final resulta además de inesperado, torpe y sin ninguna consecuencia, convirtiéndose en un auténtica decepción de una premisa que prometía mas.

Pero volviendo al motor de la serie, Alicia Florrick este año también ha pecado, ya no solo por sacar los pies fuera del matrimonio, sino porque también su personaje no ha sabido dar el do de pecho como así lo hiciera en la segunda y mejor temporada hasta la fecha. Que Florrick es un personaje fantástico no cabe duda, ya que además de su moralidad ventajista -como le corresponde a una abogada de su calibre-, también debe hacer honor a los valores familiares como madre que es (aún estamos esperando a que la serie explote esa dualidad como merece). No obstante, como decíamos anteriormente, la vuelta al ronroneo con Will Gardner se presentaba como repetitivo y con un tono demasiado hormonal que parecía sacado del puño y letra de Stephenie Meyer.

Finalmente, ha tenido que ser Cary Agos el que tuviera que añadir algo de picante a una season finale algo descafeinada. Indudablemente, la espantada de las jóvenes promesas de Lockhart & Gardner supondrá un cambió significativo del que esperemos sepan sacar rédito, aprovechando la ocasión para dar esquinazo a las señales de desgaste. No obstante, vuelvo a reiterar que The Good Wife, en su faceta procedimental, sigue siendo una de las mejores series que podamos encontrarnos, aunque este año también hay que añadir que las apariciones de Michael J. Fox han sido decepcionantes en contraste con las vistas anteriormente.

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1 COMENTARIOS:

Unknown dijo...

Buen Blog!
Me gusta mucho el estilo y se ve que hay mucho trabajo.
Saludos desde http://www.SeriesDescarga.es que no censuren Internet!

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