Crítica de TV: Pan Am 1x01

Vuelo con destino al glamour y escala en el espionaje


Nota: 7

Recuerdo la última vez que viajé en avión. Fue en mis vacaciones a Ibiza. Me tocó un piloto con mucha chispa y una atropellada forma de hablar que se asimilaba preocupantemente a una voz ebria, cuyos deliranes comentarios por el altavoz no ayudaban nada a pensar lo contrario. Durante el trayecto me clavaron 10 euros por una birra, tuve un dolor de cabeza insoportable y casi lanzo por la escotilla al renacuajo que tenía tras de mí dando pataditas al asiento. El regreso fue más calmado, esencialmente, debido a que las drogas blandas para retener la neumonía y la fiebre de 40º (gestadas durante el itinerario fiesta de la espuma-fiesta del agua-fiesta de la espuma, otra vez)  me condujeron a un estado comatoso. Lo primero que he pensado tras terminar el piloto de Pan Am ha sido: Joder, eso no me hubiera pasado en los 60. Lo segundo: Vaya delicia visual.

El billete para viajar al mundillo de la serie, tras el salto.


Pan Am ha sido recibida por la audiencia norteamericana con los brazos abiertos en su primer día de emisión. Nada más y nada menos que 11 millones de espectadores, confirmándose como el mejor estreno de la temporada en ABC. De la mano del creador de la emblemática Urgencias, Jack Orman, la serie, que recuerda a la esplendorosa Mad Men, nos transporta  a 1963, año en el que la compañía aérea Pan Am lanza la línea Nueva York-Londres con su nuevo y lujoso avión, el Clipper Majestic. La historia se centra, principalmente, en la tripulacion del aparato y en sus vidas. El  piloto nos presenta a un ritmo frenético a cada uno de los personajes sobre los que girarán las tramas, cuatro azafatas y dos pilotos, todos glamourosos, guapos y, prácticamente, perfectos, pero con personalidades y comportamientos variopintos cuyo origen se nos descubre conforme avanzan los minutos.


Bien es cierto que la parte femenina del elenco carga, en un principio, con todo el peso de la serie, relegando al reparto marculino a un segundo plano. Así, Pan Am no es sólo un relato sobre las desventuras de los tripulantes, sino que también parece querer dar a entender que se trata de un documento que refleja la transición de la mujer como un ser sumiso dentro de una sociedad conservadora y machista, a su transformación en una "nueva raza de mujeres que no pueden estar atadas a tierra, sino que quieren volar", palabras de uno de los pilotos. Eso sí, antes el espectador se ha topado con que se exige un mínimo de belleza a las azafatas para ser contratadas en la compañía, se les obliga a ir con sensuales uniformes ajsutados, se controla el peso de cada una de ellas y se les despide al cumplir 32 años. También es la evolución-involución a la sociedad artificial, con una perfección en la pantalla que abruma, puede que demasiado.

Aunque se supone que la serie pretende huir de los tópicos a los que nos hemos enfrentado hasta ahora en las horro-series con grupos de féminas como protagonistas (Mujeres Desesperadas o Sexo en Nueva York), es inevitable que las personalidades de las chicas queden estereotipadas. Tenemos a la informal Maggie (Christina Ricci), las hermanas Laura y Kate (Margot Robbie y Kelli Garner) y, por último, la pasional y dulce Colette (Karine Vanasse). Asimismo, sus problemas tampoco se desvían de la habitual tónica que rodea al mundo rosa: líos amorosos, cuernos, celos, deseos de encontrar al hombre de sus vidas, etc. La única excepción es la acertada introducción de una trama de espionaje en la que toma partida Kate. Recordemos que el contexto se da a la par que la Guerra Fría y es quizá este ingrediente el más potente de la trama, ajo en el que también está metida una quinta azafata (Annabelle Wallis), que desaparece misteriosamente.


En cuanto a los roles masculinos, como he mencionado, aún no hay mucho qué decir del trabajo que desempeñarán Michael Mosley (Scrubs) y Mike Vogel (Monstruoso) por la escasa transcendencia que han cobrado en el desarrollo del piloto, quizá más adelante. De hecho, ya se intuye un posible garbeo entre el personaje de Vogel y el de Cristina Ricci, lo cual también otorga cierto rasgo predecible al serial.

Sin lugar a dudas, el punto fuerte de Pan Am está en su factura técnica. Visualmente es una joyita. La televisiva cuenta con un cuidado en la estética exquisito que nos translada de inmediato a los años 60. Desde el edificio de la compañía aérea, hasta las calles de Nueva York, pasando por un atrezzo y un estilismo pensados hasta el último detalle.


Pan Am parece que ha tenido un buen despegue y, aunque desconozco por qué derroteros nos conducirá su creador, la forma que está tomando la serie no pinta nada mal, siempre y cuando no se estrelle aterrizando en los tópicos de las horripilantes series femeninas protagonizadas por momias con bótox. Una televisiva con una dirección artística espectacular que respira glamour, belleza, elegancia y que mama de subtramas relacionadas con el amor y el espionaje, género este último en el que depositar las esperanzas del futuro de esta producción. 

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5 COMENTARIOS:

Pablo de los Rios dijo...

me daba miedo que fuera al relfujo de Mad Men y nada más, pero el tema del espionaje me ha picado la curiosidad..

Laura Lazcano dijo...

Descubrí la serie hace poco por casualidad y no le hice mucho caso aunque ya me pareció que tenía buena pinta; pero si le pones buena nota la voy a ver fijo¡ y ya si incorpora algo de espias, con más motivo. El director de fotografía es el de Pleasantville, se notará algo en la estética digo yo...

Julen Alonso dijo...

ummm nose no me las vendido demasiado bien, salvo por lo de espías el resto me da un perezón, esperare a ver como evoluciona antes de encgancharme

Laura Lazcano dijo...

Ya he visto el piloto (nunca mejor dicho XD) y me ha gustado bastante; coincido en todo lo dicho en la crítica. Sé que es pronto para juzgar, pero si mantiene el tema del espionaje y no se desvía tanto por los líos amorosos, puede superar a Mad Men¡ Por cierto, me ha gustado también el hecho de que incorporen apuntes históricos como lo de los exiliados de Cuba. Y una última cosa, teniendo en cuenta que la compañía aérea existió de verdad (que lo he buscado en la wikipedia, ojo) ¿qué crees qué pensarán al ver que en la ficción las azafatas se dedican al espionaje en la Guerra Fría?¿orgullo patrio o indignación?

Pablo de los Rios dijo...

Lo que diga la CIA.

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