Film político con un pesado duelo actoral
Nota: 7,5
Lo mejor: El duelo interpretativo
Lo peor: Que no llegamos a conocer todo lo que nos gustaría a los protagonistas
Tras el descalabro que significo Invasión y la aclamada El hundimiento, Oliver Hirschbiegel vuelve para traernos una película con tintes políticos de la que hay que sobre destacar el duelo interpretativo entre Liam Neeson y James Nesbitt.
Cinco minutos de gloria trata de adentrarnos en las consecuencias de los terribles actos que llegaron a cometerse tras el conflicto de Irlanda del Norte. Concretamente, la película narra como Alistair Little (Liam Neeson), de 16 años, líder de una célula UVF (Fuerza Voluntaria del Ulster) asesina a sangre fría a un joven católico frente la atónita mirada de su hermano pequeño. Treinta años más tarde, el hermano del joven asesinado y Alistair Little se verán las caras en un programa de televisión, con la paz establecida en Irlanda del Norte.
Tras un gran inicio donde se nos narra como tuvo lugar la muerte de James Griffin a manos de Alistair Little, el registro de la película cambia totalmente para adentrarse en un drama entre dos personajes realmente rotos por dentro. Tanto Alistair Little como Joe Griffin (James Nesbitt) viven como si el reloj se les hubiera parado en el momento que tuvo lugar el asesinato.
El personaje que interpreta James Nesbitt es incapaz de perdonar lo que paso, sobretodo cuando ha vivido con la culpa durante más de 30 años incapaz por no hacer nada para ayudar a su hermano. Liam Neeson, por otro lado, interpreta la cara opuesta de una misma moneda, una persona que no deja de culparse a si mismo de lo que hizo y que vive con remordimientos durante toda su vida a pesar de haber pagado con 12 años de su vida en la cárcel.
No podemos decir que esta película trate exclusivamente del conflicto de Irlanda del Norte, y tampoco podemos afirmar que sea una película con un discurso político definido. Trata de ver más allá de lo que un simple asesinato por razones políticas puede influir incluso 30 años después y sobretodo de cómo poder afrontarlo y poderse perdonar a uno mismo por actos de los que en ocasiones no somos del todo conscientes.
Tanto Liam Neeson como James Nesbitt firman unas interpretaciones de sobresaliente, teniendo que sobrellevar los dos el peso de la película. Tal vez, a James Nesbitt se le puede acusar de sobreactuar un poco, sin embargo este actor personalmente me encanta desde que pude verle en Jeckyll. Liam Neeson con una interpretación más fría, nos deja con ganas de saber más sobre este personaje incapaz de respirar por la carga que lleva sobre sus hombros.
Es de agradecer este tipo de películas, que da luz al lado menos visible de estos conflictos. Oliver Hirschbiegel firma una película con toques políticos pero donde sobretodo prevalece un relato dramático con un gran duelo interpretativo.
2 COMENTARIOS:
hoygan!
ese tipo no es el enemigo de Yeico de Perdidos? el "señor de negro"?
no se, igual soy yo.
jajajaa no pero se parece algo, es el prota de jeckyll y humo negro salia en deadwood entro otras muchas!
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