Nota: 7
No es
casual que la cadena AMC haya decidido estrenar Low Winter Sun el mismo día que daba comienzo a la recta final de Breaking Bad. Por
supuesto, el inevitable tirón de las aventuras de nuestro
narcotraficante de cabecera iba a suponer un plus asegurado de espectadores
para esta ficción protagonizada por policías corruptos, pero en la estrategia llevada a cabo por el canal -frase del póster incluida- es inevitable discernir unas
intenciones que van más allá de los datos de audiencia. Llamadlo relevo espiritual o
continuidad editorial, como queráis, pero el caso es que Low
Winter Sun evidencia en exceso las ganas de coger el testigo que dejarán Walter y Jesse dentro de unas semanas en nuestra ración televisiva de drama adulto y, sencillamente, no llega al
nivel. De momento por lo menos.
Los
paralelismos entre las dos series del canal no sólo
pasan por un relato centralizado en torno a la presión sobre un calvo impredecible que navega en un mar de
grises, sino que en Low Winter Sun también se puede apreciar esa forma
tan concreta que tiene Breaking Bad de hacer avanzar la trama, tomándose su tiempo para describir a los personajes y sus
temores en escenas aparentemente irrelevantes pero que en realidad no dan
puntada sin hilo. En este caso ese relato, extraído
directamente de la miniserie británica de 2006 que también protagonizó Mark Strong, es el de dos
policías que asesinan al compañero de uno de ellos, cansados de su alcoholismo y violencia
desmedida. La tormenta de mierda se desata cuando, una vez han acabado con el
maldito, descubren que el fallecido estaba siendo objeto de una investigación de Asuntos Internos y que, para liar más las cosas, escondía un cadáver desmembrado en el maletero de su coche.
Como veis, tampoco se puede decir que Low Winter Sun invente la rueda argumental y menos
teniendo aún medianamente reciente en la
memoria a la grandiosa The Shield, con un punto de partida bastante similar y
también centrado en un personaje
central tan rudo como complejo. Pero como decimos, en la nueva apuesta de AMC prima más la forma de narrar los acontecimientos que éstos en sí mismos. De hecho, parte de la
gracia de la serie se encuentra en cierto aire de sospecha
del que no se libra ningún personaje y que incluso se acrecenta
cuando intentamos unir las piezas que arroja el prólogo, clave en el desarrollo de toda la propuesta (y que un
servidor ha tenido que visionar dos veces).
Por su parte, Mark
Strong realiza un trabajo tan potente como cabría esperar de este veterano
curtido en el thriller criminal británico; pero ya sea por la
escasa originalidad del guión o por la naturaleza de
simple introducción de la que adolece todo
piloto, en ningún momento se siente que su Frank suponga una aportación significativa al panorama
catódico como si lo fue aquel
profesor de ciencias desesperado que se puso a traficar cuando Malcom se hizo
lo suficientemente mayor como para ir a la universidad. Y es que desde Sérpico hasta Hank Quinlan (Sed de Mal), pasando por los muchachos de L.A. Confidential o el mismísimo Teniente corrupto de Ferrara, la figura del policía por encima de la ley ha sido tan
recurrente como el pan de cada día, haciendo que sea aún más complicado que Low Winter
Sun encuentre su elemento diferenciador en la figura de su protagonista. Más de lo mismo para Lennie James (Jericho, The Walking Dead),
encargado de dar vida al otro detective en el ajo y que incluso hasta resulta
algo cargante y sobreactuado en ese doble juego en el que participa, callando
mucho más de lo que cuenta mientras
intenta aparentar normalidad.
En
definitiva y dejando a un lado la gozada que supone ver a Strong en su salsa, Low Winter Sun se presenta como una propuesta absolutamente recomendable,
escrita con firmeza por su creador Chris Mundy (Mentes Criminales) y con un aspecto técnico de lo más cuidado a cargo de uno de los realizadores habituales de Dexter y Treme, Ernest R. Dickerson -empeñado en hacer honor al título de la serie abusando de los amaneceres y atardeceres-. El problema es que hablamos de un producto llamado a suceder en su misma franja a una de las
mejores series de la década y, como no podía ser de
otra forma, el resultado nos sabe a poco. Porque aunque no es menos cierto que
los primeros pinitos de Walt y Jesse en la industria de la metanfetamina tampoco alcanzaban el
nivel del que disfrutamos a día de hoy, su historia siempre
arrojó la magia y capacidad de
sorpresa de la que hacen gala las nuevas propuestas. Esperemos que antes de
finalizar la primera temporada (10 episodios) Low Winter Sun también encuentre su gancho, porque el resto de elementos ya están presentes.
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