Crítica de cine: 'Headhunters'

Ponga un Lannister en su vida


Nota: 7

Lo mejor: Unos personajes más trabajados de lo habitual en el género. 
Lo peor: No dejéis de verla porque sea noruega, que nos conocemos.

El arranque de Headhunters se efectúa con una confesión directa de Roger, el protagonista, en la que dirigiéndose expresamente al espectador, revela el secreto de su éxito en la vida. De cómo su estatura no le ha impedido casarse con una rubia espectacular, conseguir una posición holgada en una de las mejores empresas de su país y ostentar un estilo de vida envidiable para cualquiera. De esta manera, en un guiño cínico y consciente al patio de butacas, comienza a desplegarse la artillería de una película como la que nos ocupa. La función no ha hecho más que empezar. Pronto se desvela que Roger se encuentra secretamente endeudado. Por lo que, si consigue mantener el lujoso tren de vida que lleva, es debido a que presta más atención a su otro hobby: robar obras de arte para venderlas posteriormente. Así, cuando su mujer, que posee una galería de arte, le presenta a Clas, Roger ve la oportunidad para retirarse dignamente del negocio del hurto y dar esquinazo a todos sus problemas económicos.

Una de las bazas de las que dispone Headhunters son las buenas actuaciones del elenco de actores y actrices, así como el tratamiento de los personajes. Se establece una clara oposición entre los dos personajes principales, Roger y Clas. Por una parte, Roger (Aksel Hennie) es cazatalentos, su trabajo consiste en reclutar posibles candidatos para puestos de directivo en su empresa. Proyecta la imagen del perfecto yuppie, del triunfador repeinado con un plus de seguridad en sí mismo y el punto justo de picardía. Es en el momento en que Clas accede a su burbuja, que, como impulsados por un efecto dominó, los elementos que conforman la vida de Roger comienzan a desmoronarse. Así, pronto se completa su transición personal de triunfador a despojo, adquiriendo la súbita complicidad y simpatía del espectador. Clas (Nikolaj Coster Waldau, o más conocido como Jaime Lannister en Juego de Tronos) entra en escena y la sed depredadora de Roger se reduce a una especie de Benjamin Linus (Lost) en su última etapa: patético, chapucero, pusilánime y miserable. Haciendo honor al título de filme y a su trabajo ficticio, Roger ha cazado un talento que le viene demasiado grande.



Uno de los temas que explora la película es la identidad del hombre en el contexto del capitalismo, quien pasa a convertirse en un ser únicamente definible y reconocible por su estatus económico. Se plantea así una reflexión sobre la aparente normalidad del materialismo desenfrenado actual, que trasladado al protagonista, causa verdaderos estragos, pues elige seguir endeudándose antes que renunciar a los objetos que ha comprado. La falta de humanidad y una carencia brutal de valores se ejemplifican en los personajes tanto de Roger como de Clas, aunque cada uno por motivos totalmente distintos.


Para su gracia o desgracia, Headhunters se enmarca en la moda del thriller nórdico, que se aprecia tanto en librerías como en salas de cine. Tendencia, que en el terreno cinematográfico ya hemos sufrido recientemente con adaptaciones y posteriores remakes de la trilogía de Larson, y otros filmes como la sueca Dinero Fácil (2010, Daniel Espinosa), o la muy recomendable danesa Terriblemente Feliz (2008, Henrik Ruben Genz), por ejemplo. Escandinavia está en boga, y ha reactivado la literatura negra y el thriller policíaco, junto con una determinación por mostrar que en esos países de apariencia pacífica con gentes tranquilas, también se cometen crímenes y se llevan a cabo empresas monstruosas. Así, en la actualidad, la región escandinava parece haber avistado la rentabilidad, encallándose intencionadamente en un estilo cinematográfico, el del cine negro y subvariantes.


Pues para nadie es un secreto que el cine negro tiene raíces europeas (los préstamos del expresionismo alemán en cuanto a puesta en escena, los directores europeos forzados a emigrar a EEUU para evitar el régimen nazi, etc). Sin embargo, los escandinavos parecen haberse tomado demasiado en serio la tarea de reinventar un género que ya gozó de su época de esplendor en EEUU durante los años 40-50 aproximadamente. Rara es la ocasión hoy en día en que se estrena un filme nórdico y no es un thriller negro. Las innumerables escenas que han quedado inmortalizadas en nuestras retinas gracias a directores europeos como Fritz Lang, Billy Wilder, Jacques Tourneur o Robert Siodmak entre otros, adquieren irremediablemente ahora otro sentido al asistir a la renovación de este estilo a manos de los cineastas escandinavos.

Morten Tyldum es el director de este thriller de acción tan atractivo que ronda discretamente las taquillas en estas fechas. Con dos filmes anteriores a la espalda, el noruego consigue sacar adelante una narración realmente entretenida que no pierde ritmo en ningún momento. Sin llegar a sumergirse de lleno en la comedia, adorna con toques de humor negro la fórmula empaquetada que vienen manufacturando sus compatriotas desde hace relativo poco tiempo. Consciente de su posición, el propio filme recurre a la violencia explícita y a ciertos trucos admisibles, dejando claro al espectador que no estará visionando una obra maestra del cine noruego, aunque los elementos que conforman su cinta han superado todos un control de calidad más que aceptable.

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6 COMENTARIOS:

Paulo Kortazar B. dijo...

Me sorprendió, entré en el cine esperando poca cosa y resulta que es un thriller que en el minuto 15 te ha absorbido y que consigue mantener la tensión de un modo eficaz durante casi toda la película. Y sí, te doy la razón en la actuación.

Laura Lazcano dijo...

¡¡Putos Lannister!! XDD

Breaking Bad dijo...

Lo mejor: Unos personajes más trabajados de lo habitual en el género.
Lo peor: No dejéis de verla porque sea noruega, que nos conocemos.

¿En serio? ¿Eso es lo peor? ¿Eso se considera un punto débil o fallo en la película?
Sólo decís cosas buenas de la película, y aún así una mierda de 7 que le dais, medio punto más que MIB 3... En fin, uno que deja ya de ver vuestra página porque una cosa es que os columpiéis a veces o tengamos opiniones dispares, pero cuando veo injusticias y atracos a mano armada, pues que se me quitan las ganas de leerles, oiga.
Supongo que a la lista de Schindler le daríais un 7 y a Prometheus 2 otro 7,5, mientras que películas donde todas las notas en otros lugares son de 8 en adelante les cascáis un 6 o 6,5 y os quedáis tan anchos.
Una cosa es tener un criterio determinado, y otra decir y hacer burradas con la excusa de: no, es que esto es una afición. Pues para afición, se montan barquitos dentro de botellas, que esto es cara al público, y con el peor año de vuestra historia, habéis perdido varios seguidores, y ahora me sumo al elenco.
Saludos y que os vaya bonito.

PD.- Me jode porque Julen Alonso me encanta, pero los demás en estos meses ha sido para daros de comer a parte, sin ofender.

Pablo de los Rios dijo...

Aunque parezca que lo intentas, no te preocupes que no ofendes.

Empiezo.

Habremos perdido seguidores de entre tus amigos, porque lo que es estadísticamente este año hemos aumentado un 35% las visitas.

No me vale una opinión dispar que solo se centra en la nota o en el "mejor/peor" porque no dejan de ser una ínfima parte del trabajo volcado en una crítica. Las notas son un concepto que abarca una totalidad de características casi imposibles de simultanearse de la misma forma en dos películas distintas (las dos que tu comparas,una superproducción muy concreta como MIB3 y un thriller noruego, son buenos ejemplos de ello), con lo que al final no deja de ser un número que pretende dar una visión global de un trabajo. Acertaremos o fallaremos, pero un número no es un análisis, los cinco párrafos que están debajo, sí.

Y yo no he visto Headhunters, pero al leer ese "peor" que ha puesto Laura entendo que lo peor de la película es su probale destino cargado de discrección en nuestro país, donde nos cansamos de ver trailers en televisión de Transporter 4 y esta ni aparece impidiendo a muchos conocer su existencia. Se trata de una forma de intentar romper esa barrera conceptual que existe en nuestro país y que la taquilla y las audiencias televisivas nos reafirman a diario. Que tu no hayas entendido eso no es que estemos en el peor año de nuestra historia, colega.

Un abrazo.

P.D. Y si tuviera que hacer una crítica de Schlinder le pondría un 10, que conste.

Pablo de los Rios dijo...

Las visitas las hemos aumentado un 50% con respecto al pasado año, no un 35%. Que no soy mucho de números...

Laura Lazcano dijo...

Cuando después de currarme una crítica de 6 parrafazos aparece alguien quejándose de la nota que le he puesto a la película, entenderás que me de pereza dedicarte una respuesta elaborada.

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