Crítica de cine: The Tourist

 Más bien The Truñist

Nota: 3

  Sumario 

Lo mejor: Angelina Jolie, que pasea estupendamente. 
Lo peor: Johnny Depp, que parece estar buscando constantemente la botella de ron. 
La suma: Noche y Día + La Verdad Sobre Charlie  - Salt = The Tourist 
Ficha: IMDB. 
Presupuesto/taquilla: 100 millones de dólares / lleva 77 a nivel mundial y aún no se ha estrenado en muchos países. Será rentable.
El director: Florian Henckel von Donnersmarck, alemán de nombre impronunciable, era una de las grandes esperanzas europeas tras debutar con la magnífica La Vida de los Otros, que solamente costó 1,6 millones de euros . Con The Tourist ha demostrado que es incapaz de controlar una superproducción, lo que no quiere decir que no pueda dar un paso atrás y repetir el éxito de 2006. 
El plan: juntar a dos estrellas de evidente sex-apeal es un seguro para la taquilla, pero no para la calidad. 

La curiosidad: a los pocos días de comenzar su rodaje en febrero, se comentó el rumor de que Depp quería abandonar por todos medios la producción pasándole el papel a Leonardo DiCaprio. Los tomateros no tardaron en achacarlo a los celos de la esposa de Depp hacia Jolie, pero de ser cierto, puede que el actor fuera el único que vaticinó el fracaso. 
La otra curiosidad: el actor Rufus Sewell escapa de la Edad Media y regresa al presente tras Los Pilares de la Tierra para dar vida al personaje más absurdo de toda la película.  
La duda: ¿Por qué Angelina Jolie parece una condesa en vez de una espía?

  

Que quede claro desde el principio que en The Tourist nadie ni nada se salva de la quema. Con 100 millones de presupuesto, Venecia de escenario y dos protagonistas de demostrado talento, es un crímen que estemos hablando de una de las películas más aburridas, frías y fallidas del año. Pero antes de entrar en un análisis hay que hacerse una pregunta, ¿Qué es The Tourist?

Depp parece todo el metraje hipnotizado por Angelina Jolie.

 Nos la han intentado vender como la comedia de acción -con pareja galáctica- del año tras Ex-Posados, Killers y Noche y Día, eso sí, rezumando estilo y elegancia por los cuatro costados, que para algo se han gastado sus dólares en enviar copias a los académicos. Pero una vez visto el resultado final, salta a la vista que la han promocionado como una comedia porque no les ha quedado otra opción. Estoy convencido de que todos llegaron el primer día al rodaje con idea de hacer un thriller puro y duro, solo que ante la imposibilidad de controlar la evolución del argumento y los tics de Depp, acabaron saltando de género en el último momento.

Y eso se nota en el desarrollo de la película, incoherente y a pedazos. Un suplicio que comienza con un forzado encuentro en un tren. Angelina da vida a una especie de versión femenina de James Bond, absolutamente concentrada en mover las caderas de forma rítmica en lugar de huir de sus perseguidores en la típica y esperada pose de femme-fatal de la actriz. Resulta que es una espía renegada en camino a reunirse con su novio en Venecia, un contable que acaba de estafarle a un mafioso tropocientos millones. Su misión en el tren es reclutar a un turista cualquiera (Depp) para hacerles creer a su antiguo jefe (Paul Bettany)  y a los secuaces del  capo que se trata del contable, y así poder huir con el botín y su verdadero amante. 

Todo es todo.

 Partiendo de la premisa de que Depp en ningún momento se cuestiona por qué una mujer despampanante quiere pagarle unas vacaciones en Venecia, estamos ante una premisa interesante, contada con planos limpios y abiertos que otorgan cierta sensación de folleto de museo que le viene como anillo al dedo a uno de los mejores decorados urbanos del mundo. Hasta aquí ningún problema, pero desde el primer instante en el que aparece Depp "jugando" con su cigarro electrónico se cae por completo el tono sobrio de la cinta. El actor está en un tono completamente diferente al del resto del conjunto e incluso se intuyen gestos heredados de los payasos que ha interpretado durante los últimos años.

Puede que ese piloto automático que tienen ambos puesto hubiera servido con un argumento que funcionara, pero es que el de The Tourist directamente no tiene sentido. De echo, actúa exactamente a la inversa de como debería. La trama central está totalmente desdibujada, principalmente porque el personaje de Depp no tiene ni idea de nada y el de Jolie apenas habla. Sin embargo, los giros y las sorpresas del guión se ven a la legua. Puede que no entiendas que está pasando, pero sabes cual va a ser el único camino por el que pueden tirar si te quieren contar algo. 

Y no solo Depp, también Rufus Sewell.

Pero es que además tampoco sirve como película de acción. Las 3 escenas que hay con algo de ritmo son totalmente mecánicas y casi ridículas, sobre todo esa que incluye a Depp en pijama de carrera por los tejados de Venecia a lo Assassin´s Creed. Y ya de lo que no hay nada de nada es de esas cacareadas secuencias de alto voltaje entre los actores. Una estrategia promocional con forma de rumor más que ingeniosa.

Aunque a saber cuántos minutos de The Tourist hay guardados en un cajón y los cambios -incluso de género- que supondrían para la cinta si el montaje final no lo hubiera hecho un productor con tenazas. Y es que Hollywood no está hecho para todos los sistemas nerviosos. Hay que controlar altos presupuestos, a estrellas caprichosas, lidiar con las expectativas de todos y finalmente con los resultados. Y viendo el de la primera incursión del realizador von Donnersmarck en la meca del cine, dudo que volvamos a verle en un fregado parecido. 

¿Adivináis a quién está mirando fijamente Paul Bettany?

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