NOTA: 6
Lo mejor: Muy bestia.
Lo peor: ¿Demasiado bestia?
Tras la divertida Ali G y la inteligente Borat, el cómico inglés Sacha Baron Cohen sigue su crítica a la sociedad moderna utilizando Estados Unidos como banco de pruebas en otro falso documental.
En esta ocasión aprovecha para meterse con los sectores más conservadores de la sociedad norteamericana construyendo a un personaje homosexual hasta el extremo. Bruno es un periodista de 19 años con un programa de moda en su Austria natal, que decide viajar a Estados Unidos para hacerse famoso a toda costa.
A partir de ese momento, la película se transforma en una serie de sucesivas críticas a todas las técnicas que usan los famosos o los famosillos para salir por televisión: adoptar un niño negro monísimo, grabar una película porno casera o aparecer de extra en una serie de medio pelo. Todas esas situaciones están forzadas hasta el extremo por la personalidad del personaje: una especie de apisonadora rosa que arrasa con todo y todos mientras menea el culo.
Escenas como la del combate de lucha libre en "el pueblo más heterosexual de Arkansas" o la terapia que comienza Bruno para curarse de su homosexualidad muestran la cara más intolerante de la mayor potencia del mundo y a la vez hacen que no pares de reirte. Pero Borat hizo demasiado famoso a Cohen, y en muchas partes de la película se nota que las víctimas le reconocen o incluso que son actores. Quizá por eso la parte más floja de la película son las escenas dramaticas entre Bruno y su asistente personal, introducidas descaradamente para engordar un metraje que no alcanza la hora y media.
Bruno funciona menos como crítica de lo que lo hizo Borat, y no es tan divertida como Ali G, pero la fórmula sigue manteniendo frescura, y el desparpajo y falta de pudor de Cohen hacen que no pares de reirte durante casi toda la proyección. Es una película a caballo entre el caca-culo-pedo-pis y la comedia negra que, aunque sea por ver hasta que extremo fuerza Cohen las situaciones, merece la pena darle una oportunidad.
1 COMENTARIOS:
Sacha B.Cohen es de los que quieres o de los que odias. Yo personalmente, le odio. Aunque reconozco que algo alcoholizada esbocé una risilla con Borat. Ains.
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