Analizamos la 2ª temporada de The Good Wife

Odio a Alicia Florrick


The Good Wife ha conseguido algo que al menos a un servidor no le había ocurrido nunca, y es que a pesar de que la serie de la CBS me ha convencido aún más en esta fantástica segunda temporada, como bien hago reseña en el subtítulo odio a su protagonista . Sin embargo, The Good Wife es mucho más que Alicia Florrick, ya que alrededor de la ajetreada vida de la abogada también tenemos otras tramas tan o más interesantes que los líos de cama de la señora Florrick.

Sin duda, la segunda temporada siempre es la prueba de fuego para cualquier serie ya que no sólo tiene que confirmar las sensaciones que te hayan podido trasmitir la primera entrega, sino que tiene que superarlas evitando recursos que den síntomas de agotamiento. The Good Wife es un drama que ha sabido mezclar a la perfección el clásico género de abogados con la siempre atractiva trama política. Y es que la exitosa serie de la televisión americana rebosa de calidad en cada uno de sus guiones, otorgando a cada espectador episodios autoconclusivos con la vida de Alicia Florrick y todo lo que la rodea con eje central de la serie.


Una temporada de más de veinte capítulos siempre es complicada de mantener con interés, y si afirmamos que The Good Wife lo consigue, también hay que decir que su segunda entrega se encuentra dividida principalmente por dos partes; la lucha interna por el control del bufete de Lockhard y Gardner que protagoniza casi dos tercios de la temporada y la decisión de Alicia Florrick con respecto a su matrimonio una vez la caja de Pandora es abierta. Por no hablar de la última jugada de Blake Calamar, que traerá consecuencias insalvables entre la relación de Alicia y Kalinda.

Otra de las mejores perspectivas de la serie, es la carrera política de Peter Florrick hacia la fiscalía del estado. De la mano de su director de campaña Eli Gold (Alan Cumming, gran actor) veremos los entresijos de la llamada democracia más antigua del mundo y el encarnizado enfrentamiento por el poder entre los candidatos. Unas campañas electorales donde el derroche del dinero es desorbitado y en el que uno de pregunta, ¿de verdad la democracia tiene que ser tan cara? Lamentablemente, vemos como en ocasiones la justicia es utilizada como escaparate político y no es más que un medio para un fin, y es que la carrera por ser gobernador está a punto de comenzar con el hándicap de no contar con la electoral imagen de su mujer, una mala costumbre yanqui dando siempre una excesiva prioridad a la imagen familiar de un candidato.


Pero volvamos a la pregunta del millón ¿Por qué odio a Alicia Florrick? Que tenga esta animadversión hacia la protagonista no es más que producto de un personaje trabajado, ergo Alicia es tan real como cualquiera de nosotros, de ahí sus defectos y virtudes. Y es que a la atractiva abogada le encanta subirse en su púlpito de superioridad moral olvidándose que trabaja en una profesión carente de ella. No soporto como llega a utilizar la influencia de la posición de su marido mientras ella jamás llegó a darle una nueva oportunidad a éste, ya que su corazón siempre estuvo en otro lugar. Y no es que me irrite que Alicia diera la patada a Peter (cosa que tenía que haber hecho antes), lo que no aguanto es que lo haga desde esa posición de dignidad cuando ella ya le había sido también infiel aunque sin contacto carnal.

Con una nueva temporada ya bajo el brazo, la tercera entrega nos depara nuevas y prometedoras incógnitas con respecto al futuro de Alicia Florrick. ¿Será capaz de dar el paso a la política que varias veces se ha insinuado? ¿Veremos por fin ese lado no tan limpio del Will Garner más oscuro? The Good Wife ha confirmado que se trata de una de las series más fuertes de la oferta actual, donde hay que recordar memorables momentos como los que nos ha regalado Micheal J. Fox en sus apariciones y del que esperamos que vuelva en la tercera temporada.

Noticias relacionadas



blog comments powered by Disqus

0 COMENTARIOS:

Publicar un comentario

Deja tu comentario, que somos pocos y cobardes...

 
Ir Arriba